America Latina Unida

Mi selecciòn de temas vinculados a Argentina y a la Patria Grande.

El país que viene

By ezequielmeler

casa rosada

“La próxima administración encontrará una economía desendeudada,  sin desequilibrios estructurales básicos y un amplio margen para avanzar en la agenda de largo plazo […] ¿Será esta la intuición que está llevando en Argentina a una proliferación de posibles candidatos presidenciales? ¿Acaso la posibilidad inédita de recibir en 2011 una papa o un hierro apenas tibios?”

Miguel Bein.

“Junto a este propósito de un grupo político, está la decisión del establishment de recuperar el poder que perdió en 2002/2003. Es la pelea de fondo. El establishment cedió el gobierno porque la crisis los superaba y no podían resolverla: sus gerentes ya no funcionaban. Pero ahora el país ha avanzado mucho en su reconstrucción y creen que ya es hora de que vuelva a ser manejado por sus dueños. ¿Qué es eso de que la participación de los asalariados en el ingreso global suba del 34% en 2002, al 43% en 2008? ¿Cómo se estatizó el sistema de jubilaciones, el agua potable, la línea aérea, el correo? ¿Cómo se llega a que los ricos transfieran más ingresos al Estado, que los dedica a los pobres? Es el apocalipsis del establishment, a no dudarlo.”

Eric Calcagno: Los discursos del apocalipsis.

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Lo he dicho muchas veces: el país de 2009 arroja un saldo largamente favorable, punto por punto, respecto del país de 2003. Es, en alguna medida, un país distinto, más federal, más institucional, con una justicia independiente, paritarias y consejo del salario, legislación laboral y previsional, etc. No en vano quieren volver: ahora es negocio.

Es cierto, como me dirán, que queda mucho por hacer, pero también que son pocas las fuerzas que pueden hacerlo -y hacerlo, bien o mal, es mejor que no hacer nada o deshacer-. El desafío de los próximos dos años reside en resguardar y consolidar la maquinaria que hizo posible todo esto: el kirchnerismo. Mantenerla como expresión política, sustentar su presencia en los territorios -en la mayoría de los casos, somos la única fuerza que se hace  en ellos: el resto “baja” cada dos años, para las elecciones-. Dejar un balance claro y conciso de cada logro, de cada fracaso, de cada falencia.

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Entre esas deudas y falencias que arroja el saldo de estos años, queda pendiente un trabajo de identificación. No por las obras, sino por los encuadres. Está claro que la disputa por el peronismo terminará en empate o derrota, y aún en el primer caso, los socios que desempatan -la clase media y alta liberal- servirán a los fines de la restauración, dentro y fuera del movimiento. Habrá que defender lo que somos, pero también deberemos dar la batalla fuera de los confines del justicialismo, a fin de obtener contrapesos razonables, socios menores que se sepan tales en el corto y mediano plazo.

En este escenario, el repliegue en el territorio, si se hace bien, no tiene por qué significar una derrota. Derrota sería acompañar a la restauración que viene desde aquella mesa lamentable de dirigentes políticos que sueñan con un futuro de nombre propio, y nada más. Derrota sería perder el apoyo de vastos sectores de la ciudadanía, de los medios concentrados, de los grandes grupos económicos, por los errores, en lugar de perderlos, como sabemos bien, por los aciertos.

No, lo nuestro es -debe ser- un módico repliegue. Los astros nos sonríen: caído el Muro de Wall Street, la agenda de largo plazo de cualquier fórmula alternativa es un enigma, cuya resolución nada tendrá de aquel abstracto que solemos llamar “interés general”.

***

El peronismo -en rigor, los peronismos– camina a paso acelerado hacia un nuevo cisma, una fractura que no debe ser evitada. Los mismos que ayer trataban de partir, hoy quieren preservar, lanzan candidatos de unidad (ellos, por supuesto) y se muestran como garantes de la transición ordenada, cuando ni siquiera pudieron garantizar la unidad de sus listas hasta un decoroso día 28. Su interés reside en retener: el nuestro, en perdurar.

¿Y cómo perdurar sin territorios? Esa pregunta debería caberles a quienes sueñan con gobernar sin ellos. Ningún poder nace sin barro en los pies. Por lo menos, ningún “poder popular” -eso de lo que tanto hablan quienes lo detentarían, entre brindis y brindis-.Tenemos que mantener, en este tiempo que queda, la serenidad y la constancia en el trabajo cotidiano con nuestro pueblo. Tenemos que honrar las promesas realizadas lo mejor que se pueda. Y después, tenemos todo el tiempo del mundo. No para quedarnos, para volver.

(Y, sí: es la esencia de nuestra historia)

Ezequiel Meler,

Administrador.

http://ezequielmeler.wordpress.com/2009/05/17/el-pais-que-viene/

23/05/2009 - Posted by | Politica Latinoamerica, Sociedad y Cultura, Uncategorized | , , , ,

1 comentario »

  1. Exacto Ezequiel, están desesperados los buitres, nunca una oposiciòn tan desesperada… el país no les interesa, sino cuanto podrán llegar a rapiñar para llevar a sus molinos…
    Excelente tu análisis y propuesta!

    Comentarios por marianike | 23/05/2009


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