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Por qué Franco Macri eligió venderle a su sobrino Angelo Calcaterra.


El empresario le vendió al hijo de su hermana Pía dos empresas que son las joyas del holding: Iecsa y Creaurban. Las ventajas de una venta dentro de la familia. La transacción y la candidatura de Mauricio Macri.

En cualquier empresa familiar, más allá del tamaño que tenga, se piensa como algo natural que los continuadores en el manejo de los negocios sean los hijos. Quizás hace años esa era la idea de Franco Macri: que alguno de sus herederos varones tomara las riendas de Socma. Pero el tiempo, de a poco, comenzó a mostrarle otra realidad. Mauricio –el más conocido de los tres– eligió la actividad pública como presidente de Boca Juniors y como político. Gianfranco optó por su propio emprendimiento, el Buenos Aires Golf Club, un exclusivo barrio cerrado en Bella Vista, al que le dedica todo su tiempo. El más cercano a las expectativas del patriarca es Mariano, quien ya ocupó la vicepresidencia del holding e incluso siguió los pasos de Franco en sus relaciones con China: el joven también fue presidente de la Cámara de Comercio e Industria Argentino China. Sin embargo, la presencia de este último parece diluirse cada vez más dentro de las empresas del grupo.
Antes este panorama, ¿cuál fue entonces la decisión de la cabeza del clan Macri? Seguir apostando a los lazos de sangre, pero en otra dirección, hacia otra rama de la familia: eligió como sucesor a su sobrino Angelo Calcaterra –hijo de su hermana Pía–, a quien le vendió dos de las joyas del grupo: Iecsa y Creaurban, empresas cuyo core business está en uno de los sectores de mayor crecimiento, la construcción.
PADRE PADRONE. Llamativamente, Franco decidió informar de esta transacción el lunes 26, justo el mismo día y casi a la misma hora en que su hijo Mauricio anunciaba su candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Estrategia? «Pura casualidad», aseguran en Socma. «La venta estaba prevista desde hace meses y, además, Franco tenía planificado un viaje a China, donde permanecerá dos meses por lo menos, como parte de su actividad como consejero senior de inversiones chinas para América latina», agregan. ¿Pura casualidad? A Franco siempre lo incomodó la activa exposición pública de su hijo Mauricio. Más cuando el ahora candidato porteño milita en el arco opositor y muchos de los negocios del grupo están asociados a licitaciones de obra pública y concesiones otorgadas por el gobierno nacional. Y en esto, el humor de la administración K puede ser determinante. Un ejemplo del enojo oficial fue la estatización del Correo Argentino y otro ejemplo de reconciliación puede verse en la concesión (aunque con condiciones, ya que en esta sociedad entraron Hugo Moyano y el gremio de la Fraternidad por imposición del Gobierno) del FF. CC Belgrano Cargas.
«Es un error creer que Franco haya hecho el anuncio de la venta en ese momento a propósito. En todo caso se podía pensar a la inversa: él se deshizo de las empresas que más lo podían relacionar con el Estado y con las que podían atacar a Mauricio», afirma un íntimo de los Macri.
LA OPERACIÓN. Controlada por Sideco –una de las subsidiarias de Socma–, Iecsa se especializa en trabajos de ingeniería, construcción y servicios que incluyen obras edilicias, viales, líneas de transmisión eléctrica, petróleo, gas y saneamiento, entre otros. Uno de sus proyectos más importantes es su participación de la licitación del tren de alta velocidad que unirá Capital Federal con Rosario, en sociedad con los franceses de Alstom. Además, la firma tiene filiales en Paraguay, Chile, Europa (sus oficinas están en Roma) y una compañía subsidiaria, Profingas. Creaurban es una desarrolladora de real estate que levantó, entre otras, la Torre Mulieris y Torres del Yacht, en Puerto Madero. Empresas ambas de muy buena performance.
En Calcaterra S.A. –la constructora que fundó hace 40 años el padre de Angelo, Antonio– indican que «el parentezco familiar sirvió simplemente para facilitar los procesos habituales de compra y venta. Se hizo más ágil y menos complicado. Más rápido porque Angelo conoce muy bien a esas empresas». Esto se explica porque en los últimos años, Angelo tomó a su cargo el gerenciamiento de Iecsa y Creaurban. «Él mismo fue quien armó los equipos que hoy tienen esas empresas. Las conoce desde adentro», señalan en las cercanías de las familias.
Claro que, más allá de las preferencias por los parientes, Franco Macri es por sobre todo un empresario y, a la hora de hacer cuentas, pesa tanto el haber como el amor. Macri había decidido desprenderse de estas dos compañías en noviembre. Desde entonces se presentaron algunos interesados y un grupo inversor fue el que acercó la propuesta económica más acorde con lo que el empresario pretendía. Este valor estaba por encima que el que había ofrecido su sobrino. ¿Qué hizo entonces Angelo? Sus allegados dicen que igualó la mejor oferta. Esto inclinó la balanza a su favor por dos razones: las compañías quedaban en la familia y se aceleraba el closing de la transacción. Calcaterra, al estar metido en el gerenciamiento de Iecsa y Creaurban, conoce todos los detalles de cada empresa, cosa que no sucede con los otros ofertantes, quienes hubieran demandado más tiempo para analizar todos los números de las firmas.
Ninguno de los participantes de esta negociación quiso decir cuánto fue el monto de la venta ya que todavía faltan algunos detalles para el cierre definitivo de la operación y Sideco debe informar primero a la Bolsa antes que públicamente. Una nota de esta empresa a la BCBA indicó que el 20 de marzo finalizaría la transacción.
Algunas versiones indican que a Angelo le hubiera gustado avanzar sobre otras empresas de su tío, pero el presupuesto de Calcaterra S.A. para este tipo de acciones no es tan flexible como los deseos. «Angelo en persona es quien llevó la propuesta de inversión adelante, pero sólo de un sector de la compañía porque no le alcanzaba para comprar todo», advierte un ejecutivo cercano a la negociación.
Para financiar la compra, Angelo «no puso plata de su propio bolsillo, no es personal sino que es una inversión del grupo Calcaterra», indican desde esta empresa. Es decir, el dinero viene del grupo que tiene entre sus dueños a alguien de apellido Macri: Pía, la hermana de Franco.
A FUTURO. Angelo Calcaterra, arquitecto de profesión, ya tiene en su tablero los proyectos de negocios que piensa encarar con esta adquisición. Por un lado, las empresas (Calcaterra, Iecsa y Creaurban) van a actuar en forma separada. Por otro, Angelo se retira de toda otra gestión dentro de Sideco. Queda exclusivamente abocado a las compañías que compra.
En las incorporadas se estima que no habrá cambios de magnitud. Las compañías van a seguir funcionando como hasta ahora, como empresas independientes. «A nivel gerencial no va a haber cambios porque el mismo Angelo fue el que armó los equipos actuales», señalan.
Los compradores no sólo son cautelosos al no dar una cifra por la adquisición, sino en pronosticar una expansión explosiva de este holding con la incorporación de dos firmas del mismo rubro en el que ellos ya estaban. «La facturación del grupo no se incrementará más que por su natural curva de crecimiento. La inversión puede ser recuperada en siete años, salvo que pase algo en el sector», dicen.
Una vez realizado el anuncio de la venta, Franco hizo sus valijas y se fue a China por dos meses para cumplir con sus tareas como consejero senior. Justo el tiempo en que su hijo Mauricio va a dedicarse a full a la campaña electoral. «Casualidad», insisten cerca de Macri. Tal vez son demasiadas casualidades para alguien que, en toda su carrera empresarial, demostró un pragmatismo en el que los caprichos del destino tuvieron poco o nada que ver.

Mario Rodríguez Muñoz

Revista Fortuna

16/07/2011 - Posted by | General, Reflexiones, Sociedad y Cultura, Uncategorized | , ,

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