America Latina Unida

Mi selecciòn de temas vinculados a Argentina y a la Patria Grande.

La CEPAL aseguró que la Argentina tendrá un crecimiento para este año de un 8,3 por ciento


La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) modificó la proyección de crecimiento para el corriente año de Argentina, de un 4,8 por ciento inicial a un 8,3%.

De esta forma, Argentina, junto a Panamá (8,5%), Haití (8,0%), Perú (7,1%), Uruguay (6,8%), Ecuador (6,4%) y Chile (6,3%) serán los países con mayor nivel de crecimiento durante el 2011.

En lo que respecta a la región en general, la CEPAL sostuvo que este año se mantendrá la recuperación iniciada en la segunda mitad de 2009 tras la crisis económica internacional, con un avance promedio de 4,7 por ciento por el impulso de la demanda interna.

El crecimiento regional se sostendrá, en gran medida, en el impulso del consumo privado, explicado por la mejora de los indicadores laborales y el aumento del crédito.

Al mismo tiempo, el agotamiento de la capacidad productiva ociosa originado en el sostenimiento de la demanda interna está dando lugar a un aumento de la inversión que se beneficia de una mayor disponibilidad de crédito y que recupera los niveles alcanzados antes de la crisis, indicó el informe presentado por la secretaria Ejecutiva del organismo de Naciones Unidas, Alicia Bárcena.

En ese marco, la funcionaria advirtió la necesidad de «recuperar el espacio fiscal para tener la capacidad de tomar medidas que aseguren un crecimiento sostenido, con empleo productivo e igualdad».

La expansión registrará mayores tasas en América del Sur, área que crecerá 5,1 por ciento promedio en 2011, favorecida por la mejora significativa de sus términos de intercambio por los mayores precios obtenidos por las exportaciones de productos básicos, en los cuales está especializada.

En tanto, la subregión centroamericana en su conjunto anotará 4,3 por ciento y las economías del Caribe 1,9 por ciento.

A nivel de países, el crecimiento este año estará encabezado por Panamá (8,5%), seguido por Argentina (8,3%), Haití (8,0%) y Perú (7,1%).

Les siguen Uruguay con 6,8%, Ecuador (6,4%), Chile (6,3%) y Paraguay (5,7%); en tanto, Brasil y México crecerán 4,0%, Venezuela 4,5% y Colombia 5,3%.

Por otra parte, la CEPAL sostiene que el ritmo de crecimiento de economía de la región tendrá tendencia a bajar a 4,1 por ciento en 2012, por «un contexto internacional menos favorable».

Telam

13/07/2011 Posted by | General, Politica Latinoamerica, Reflexiones, Uncategorized | , , , , | Deja un comentario

Dialogando sobre la verdad y el poder


David Tresilian

Al Ahram Weekly

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

El Profesor Chomsky, conocido tanto por su trabajo profesional en lingüística y fisolofía como por sus escritos sobre cuestiones políticas y sociales, estuvo en París a finales de mayo por invitación de Le Monde Diplomatique y el Collège de France. Dividió sus participaciones entre el seminario académico organizado por Jacques Bouveresse, titular de la cátedra de Filosofía del Lenguaje y el Conocimiento del Collège de France, y una serie de entrevistas sobre cuestiones políticas que culminaron en un encuentro público organizado por Le Monde Diplomatique en el que el programa desarrollado por Chomsky sirvió para atestiguar el alcance de su trabajo y el respeto que se le profesa en Francia.

Nacido en 1928 y superados ya los ochenta años, el programa habría agotado a cualquier hombre que tuviera la mitad de sus años. Sin embargo, Chomsky parecía tomárselo todo con mucha calma mientras respondía a las preguntas de la audiencia en ambos eventos hasta bien entrada la noche, hablando ininterrumpidamente durante varias horas sobre la política exterior estadounidense y la situación de las regiones del mundo en cuyo estudio ha profundizado, como Latinoamérica, Oriente Medio y el Sureste Asiático.

Tanto en el seminario celebrado en el Collège de France, en el que se centró en cuestiones como la verdad y la racionalidad pública, siguiendo una tradición asociada con el filósofo inglés Bertrand Russel y el escritor George Orwell, transmitido de forma simultánea por la Red, como en el último encuentro público, se desbordaron las previsiones de asistencia, y los participantes, que en algunos casos habían viajado por toda Europa para estar presentes, recibieron la aparición de Chomsky con entusiasmo y afecto en ambas ocasiones.

En virtud de su más de medio siglo de activismo político y docenas de libros y artículos, entre ellos sus magníficos trabajos sobre “La Guerra de Vietnam, el Poder Estadounidense y los Nuevos Mandarines” (1969) y “Por razones de estado” (1973), sus trabajos sobre el lugar de los intelectuales en la vida de EEUU y el papel jugado por los medios: “Manufacturing Consent” (con Edward Herman, 1988), y sus trabajos especializados en Israel y Palestina: «Fateful Triangle: the United States, Israel and the Palestinians” (1983 & 1999), sobre el Oriente Medio: “Perilous Power: the Middle East and US Foreign Policy” (con Gilbert Achcar, 2007), y sobre la política exterior de EEUU: “Hegemonony or Survival: America’s Quest for Global Domination” (2003), Chomsky habló con autoridad sobre cuestiones contemporáneas, demostrando que su extraordinaria inteligencia y compromiso con el cambio social siguen más vivos que nunca.

En la semana en la que Chomsky estuvo en París vio la luz un nuevo libro suyo titulado “Hopes and Prospects”, en el que recopila artículos recientes sobre Latinoamérica, EEUU, Oriente Medio e Israel.

A pesar de su apretado programa, Noam Chomsky encontró tiempo para hablar con Al Ahram Weekly de sus puntos de vista sobre la situación actual en Oriente Medio y sobre la política estadounidense hacia Israel, Palestina y la región a nivel global. Fue un honor para el Weekly poder estar presente en esa entrevista, de la que a continuación se ofrece un resumen:

¿Podría pedirle una declaración sobre el ataque de Israel de esta semana contra la Flotilla de la Libertad cuando ésta se encontraba en aguas internacionales camino de Gaza?

Secuestrar barcos en aguas internacionales y matar pasajeros es, desde luego, un delito muy grave. Los editores del Guardian de Londres tienen razón cuando dicen: “Si un grupo armado de piratas somalíes hubiera abordado ayer a seis navíos en alta mar, matando al menos a diez pasajeros e hiriendo a muchos más, una fuerza de la OTAN estaría hoy dirigiéndose hacia la costa somalí”.

Merece la pena tener en cuenta que ese delito no es nada nuevo. Israel lleva decenios secuestrando barcos en aguas internacionales entre Chipre y Líbano, matando o secuestrando pasajeros, llevándoselos muchas veces a cárceles en Israel que tienen prisiones secretas o cámaras de tortura, reteniéndoles como rehenes en algunos casos durante muchos años. Israel tiene asumido que puede perpetrar esos crímenes con impunidad porque EEUU los tolera y Europa hace, por lo general, lo que dice EEUU.

Lo mismo ocurre con el pretexto utilizado por Israel para su último delito: que la Flotilla de la Libertad llevaba materiales que podrían ser utilizados para carcasas de cohetes. Dejando a un lado la absurdidad de esa aseveración, si Israel estuviera interesado en parar los cohetes de Hamás, sabe muy bien cómo hacerlo: aceptando las ofertas de Hamás de un alto el fuego. En junio de 2008, Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de alto el fuego. El gobierno israelí sabe perfectamente que hasta que Israel no rompió el acuerdo el 4 de noviembre, invadiendo Gaza y matando a media docena de activistas de Hamás, éste no disparó ni un solo cohete.

Hamás se ofreció a renovar el alto el fuego. El gabinete israelí consideró la oferta y la rechazó, prefiriendo lanzar, el 27 de diciembre, la destructiva y mortífera Operación Plomo Fundido. Evidentemente, no puede justificarse de ningún modo que el uso de la fuerza sea “autodefensa” a menos que se hayan agotado antes todos los medios pacíficos. En este caso, ni siquiera lo intentaron, aunque –o quizás porque- existían bastantes razones para pensar que habrían tenido éxito. Por tanto, la Operación Plomo Fundido no ha sido más que una pura agresión criminal, sin ningún pretexto creíble, y lo mismo ocurre con el actual recurso a la fuerza por parte de Israel.

El asedio de Gaza no tiene ni el más mínimo pretexto creíble. Fue impuesto por EEUU y por Israel en enero de 2006 para castigar a los palestinos por votar “de forma equivocada” en unas elecciones libres, y se intensificó gravemente en julio de 2007 cuando Hamás bloqueó un intento israelí-estadounidense de derrocar al gobierno elegido a través de un golpe militar que pretendía instalar allí al hombre fuerte de Fatah, Muhammad Dahlan. El asedio es salvaje y cruel, está diseñado para mantener animales enjaulados escasamente con vida a fin de esquivar las protestas internacionales, pero apenas algo más que eso. Es la última etapa de los planes a largo plazo de Israel, apoyados por EEUU, para separar Gaza de Cisjordania.

Esas son las líneas puras y duras de unas políticas miserables e impresentables.

Recientemente le negaron la entrada a Israel. ¿Cómo ve la situación en los Territorios Ocupados y en Gaza?

Bien, permítame una pequeña corrección, se me negó la entrada a los Territorios Ocupados, no a Israel. En realidad, si hubiera ido a Israel me habrían admitido y después podría haber ido a los Territorios Ocupados. La razón que dieron es que sólo iba a ir a Bir Zeit y no a una universidad israelí.

Desde mi punto de vista, Israel está llegando a ser extremadamente paranoico, desbordado de sentimientos ultranacionalistas y actuando de forma completamente irracional. Está perjudicando sus propios intereses. La negativa a que yo entrara es un ejemplo menor de ello. Si me hubieran permitido que diera la charla en Bir Zeit, ése habría sido el fin de la historia. En realidad no iba a hablar de Oriente Medio. Iba a hablar de Estados Unidos y ellos lo sabían perfectamente.

En el caso de Gaza, se trata de una situación de tortura bestial. Están manteniendo a la población apenas con vida porque no quieren que les acusen de genocidio, pero eso es lo que es, un genocidio. Se limitan a sobrevivir. No es la peor atrocidad en el mundo pero es una de las más salvajes. Egipto está cooperando con todo eso al construir un muro y negarse a permitir que entre cemento y cosas así, por eso se trata de una operación conjunta israelí-egipcia que está literalmente torturando al pueblo de Gaza de una forma que no creo que tenga precedentes y que cada vez va a peor.

En Cisjordania, no se trata sólo de Israel, sino de EEUU y de Israel. EEUU fija los límites de lo que puede hacer y coopera con ellos. Es una operación conjunta, al igual que lo fue el ataque contra Gaza. Y así Israel sigue imponiendo su dominio y apropiándose de lo que se le antoja. La tierra del interior del muro de separación, que es en realidad un muro de anexión, se la apropiarán. Tomarán el Valle del Jordán, y tomarán lo que se llamaba Jerusalén, que es mucho más de lo que fue Jerusalén, ya que es una inmensa zona que se amplía hacia Cisjordania.

Y luego tenemos los corredores que van hacia el este, hay un corredor que va desde Jerusalén a través de Maal Adumim hacia Jericó. Si eso se desarrolla totalmente, partirá Cisjordania. Curiosamente, EEUU ha bloqueado hasta ahora sus esfuerzos para desarrollar completamente ese corredor.

Hace unos años, los industriales israelíes aconsejaron al gobierno diciéndole que en Cisjordania se debería evolucionar, según sus palabras, del “colonialismo” al “neocolonialismo”. Es decir, que deberían construir estructuras neocoloniales en Cisjordania. Ahora sabemos lo que significa eso: Cojan cualquier antigua colonia, que típicamente se compone de un sector de extrema riqueza y privilegio, que colabora con la antigua potencia colonial, y una inmensa masa de miseria y horror rodeándolo. Y eso es lo que sugieren, y eso es lo que se está haciendo. Por eso, si Vd. va Ramala –yo quería ir para verlo por mí mismo pero no lo conseguí-, es una especie de París, se encontrará con que hay una vida agradable, restaurantes elegantes y demás, pero si se interna por el país todo es muy diferente, todo está lleno de puntos de control y la vida se hace imposible. Bien, eso es neocolonialismo. Sólo puede haber un desarrollo totalmente dependiente y no van a permitir ningún desarrollo independiente, y están tratando de imponer un acuerdo permanente de ese orden.

Salam Fayyad, con quien esperaba reunirme en Ramala –hablamos por teléfono- ha descrito sus programa de una forma que me parece sensible. Lo primero de todo, pide que se boicotee la producción de los asentamientos, eso creo que es algo muy sensible y pienso que todo el mundo debería apoyarlo, mientras intentan conseguir que los palestinos tengan otras formas de empleo que trabajar en los asentamientos, para que no contribuyan al crecimiento de los mismos: participando en formas de resistencia no violenta ante la expansión y haciendo cualquier construcción que puedan controlar dentro del marco israelí, quizá incluso en el Área C, la zona controlada por Israel, y seguir dando pequeños pasos intentando establecer la base de una futura entidad independiente palestina.

Esta es una cuestión muy delicada porque Israel podría muy bien aceptar ese plan. En realidad, creo que el viceprimer ministro israelí Silvan Shalom, celebró una entrevista en la que le preguntaron cómo reaccionaría ante eso, y dijo: “si quieren llamar cantones al estado que les dejamos, está bien, pero será un estado sin fronteras…” y eso servirá para implantar esencialmente una estructura neocolonial.

Hay otro elemento relacionado, que es la fuerza militar. Hay un ejército dirigido por un general estadounidense, Keith Dayton, al que se entrena en Jordania con cooperación israelí, y que ha causado mucho entusiasmo en EEUU. John Kerry, el presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, ofreció un discurso importante sobre Israel-Palestina –él es una especie de hombre clave de Obama para Oriente Medio- diciendo que es la primera vez que Israel tiene un socio legítimo para negociar. ¿Por qué? Porque durante el ataque a Gaza, el ejército de Dayton consiguió impedir las protestas, y Kerry pensó que eso era estupendo, y la prensa también pensó que era estupendo y resulta que ahora son ya un socio legítimo. Si Vd. lee al propio Dayton, dice que fueron tan eficaces durante el ataque a Gaza que Israel pudo trasladar fuerzas desde Cisjordania a Gaza para ampliar el ataque, y Kerry y Obama creen que eso es estupendo, por tanto, ahí tienen algo más del tradicional modelo neocolonial, con fuerzas paramilitares dominadas por la potencia colonial que mantienen a la población bajo control.

Esos son pasos muy ambivalentes… A menos que EEUU cambie de postura y se una al mundo en un acuerdo político… pienso que el panorama es realmente sombrío y no creo que la posición egipcia ayude en absoluto.

¿Se producirá el cambio como consecuencia del papel jugado por la opinión pública mundial, quizá del mismo modo que sucedió en Sudáfrica?

Sudáfrica es un caso interesante, y merece la pena mirar detenidamente la historia. Alrededor de 1960, Sudáfrica estaba empezando a darse cuenta que se estaba convirtiendo en un estado-paria, y el ministro de exteriores sudafricano llamó al embajador estadounidense –tenemos ahora las grabaciones de su conversación- y le dijo: “Somos conscientes de que nos estamos convirtiendo en un estado-paria, y todo el mundo vota contra nosotros en las Naciones Unidas, pero Vd. y yo comprendemos que sólo hay un voto que cuenta en las Naciones Unidas: el suyo, lo que significa que mientras Vds. nos apoyen, no nos importa lo que el resto del mundo diga”. Y eso resultó ser algo muy preciso.

En los decenios siguientes, aumentaron las protestas contra Sudáfrica y a finales de la década de 1970 hubo sanciones, y las empresas ya iban en franca retirada. El Congreso estadounidense estaba aprobando resoluciones que incluían sanciones, que Reagan había intentado evitar para seguir apoyando a Sudáfrica, como hizo hasta llegar a finales de la década de 1980, momento en el que se perpetraban las peores atrocidades, como las guerras en Angola y Mozambique, que mataron a cientos de miles de personas, y todo eso se hizo dentro del marco de la guerra contra el terrorismo.

Washington condenó al Congreso Nacional Africano en 1988 como uno de los más infames grupos terroristas del mundo, y hasta 2008 no quitó a Mandela de su lista de terroristas. Sudáfrica parecía inexpugnable: el mundo estaba contra ellos pero iban ganándolo todo y se sentían bien. Entonces fue, en 1990, cuando EEUU cambió su política. Se permitió que Mandela saliera de la prisión y el apartheid se vino abajo en unos pocos años, por eso el ministro sudafricano tenía razón en su apreciación.

Creo que Israel está recorriendo el mismo sendero. No importa que el mundo esté en contra nuestra, mientras EEUU nos apoye. Pero están pisando terreno peligroso: EEUU puede decidir que sus intereses están en otra parte. Volviendo a su pregunta sobre el papel de la opinión pública mundial, la opinión en Europa y Oriente Medio influye sustancialmente en las cosas. EEUU no puede vivir solo en el mundo. Hay personalidades políticas que piensan que deberíamos meternos en una jaula y no preocuparnos de lo que sucede en el mundo… eso sería como construir un muro alrededor del país, salirnos de las Naciones Unidas y no tener en cuenta nada de lo que se diga. Hay una cierta tendencia a eso en la política estadounidense, pero los dirigentes y las corporaciones multinacionales no pueden aceptar eso, se preocupan por lo que piensa el resto del mundo aunque sea en función de sus intereses.

Europa no está ayudando gran cosa. El hecho de haber admitido a Israel en la OCDE supone afirmar la legitimidad de la ocupación. Europa está financiando la supervivencia de los Territorios Ocupados, pero no está haciendo nada para tratar de conseguir que EEUU acepte la opinión internacional, y podría hacerlo. Justo ahora, por ejemplo, hay negociaciones indirectas entre palestinos e israelíes con EEUU de intermediario honesto. Europa puede denunciar que eso es una farsa: lo que debería haber es conversaciones indirectas entre EEUU y el resto del mundo, con quizá las Naciones Unidas como intermediario neutral, mientras que EEUU se está quedando solo bloqueando un abrumador consenso internacional, y hasta que eso cambie, no va a suceder nada, y es en eso en lo que se apoya Israel.

En su discurso en El Cairo de junio de 2009, el Presidente Obama dijo que iba a conformar la política estadounidense a partir de bases nuevas respecto a Oriente Medio y al mundo musulmán. ¿Tiene Vd. alguna prueba de que esté ocurriendo así?

Hay ligeras diferencias. Las primeras diferencias se produjeron entre los dos mandatos de Bush. El primer mandato de Bush fue extremadamente arrogante, abrasivo y agresivo. EEUU se dirigía a las Naciones Unidas y decía abiertamente: “O hacéis lo que os decimos o pasamos de vosotros”. Y eso causó mucho antagonismo, incluso entre aliados. A la gente no le gusta que le insulten en la cara. Produjo muchas críticas y el prestigio de EEUU en el mundo llegó a su punto más bajo en las encuestas internacionales y hubo muchas protestas también en casa, incluso en el establishment, porque eso perjudicaba los intereses estadounidenses.

El segundo mandato de Bush fue algo más complaciente, en cierto modo tuvo en cuenta algo más las normas y consiguió una especie de apoyo del centro. Obama va un poco por ahí, por eso es como una ampliación del segundo mandato de Bush. La retórica es más moderada y la posición más amistosa pero las políticas apenas han cambiado nada. Consideremos el discurso de El Cairo. Lo fundamental fue que su discurso tenía muy poco contenido: se limitó a decir algo así como “amémonos los unos a los otros”. Pero camino de El Cairo dio una conferencia de prensa y un periodista le preguntó: “¿Va a decir algo sobre el régimen autoritario de Mubarak”?  Y contestó, sus palabras exactas fueron: “No me gusta utilizar etiquetas con la gente. Está haciendo cosas buenas. Por tanto, es un amigo”. No tengo que contarles cómo es la situación de los derechos humanos en Egipto…, la gente de Oriente Medio, si hubiera estado levantada en ese momento, habría comprendido que nada iba a cambiar.

Y lo mismo ocurre con las políticas en relación con Israel. Sus políticas son incluso más duras que las de los dos Bush, el primero y el segundo. Precisamente ahora, por ejemplo, hay una controversia en relación a la expansión de los asentamientos. Es muy similar a la controversia que surgió hace veinte años cuando el primer George Bush y cuando James Baker, el secretario de estado, estaban en el poder. Pueden recordar que hubo un tiempo en que cada vez que Baker se marchaba a Jerusalén, el primer ministro, Yitzhak Shamir, aprovechaba la ocasión para anunciar un nuevo asentamiento, era como insultar a Baker –a él, que era un patricio, no le gustaba nada que Israel le insultara- pero Bush apenas penalizó a Israel. Impuso ligeras sanciones en forma de restricciones en las garantías de los créditos que se suponía cubrían los gastos de los asentamientos, pero bastó e Israel cambió velozmente de política.

Bien, eso es precisamente lo que está sucediendo ahora, con una diferencia. Obama ha dicho que no va a imponer sanción alguna y que sus protestas son puramente simbólicas, fue su portavoz de prensa quien lo dijo en respuesta a una pregunta. Además, todo el parloteo sobre la expansión de los asentamientos es realmente una nota a pie de página: el problema son los asentamientos, no la expansión de los asentamientos. La posición de Obama ha sido reiterar lo que George W. Bush dijo y lo que está en la Hoja de Ruta, las palabras de la Hoja de Ruta, que dicen, en primer lugar, que no tiene que haber ninguna expansión más, ni siquiera como crecimiento natural. Eso lo reiteró Obama, pero de tal forma lo hizo que dejó claro que no iba a hacer nada sobre el particular, y lo mismo sucede con el resto de las cuestiones.

Cuando anunció el nombramiento de George Mitchell dio una charla sobre Oriente Medio. Básicamente dijo: “Hay una buena esperanza para la paz, hay un plan constructivo sobre la mesa”, y después se dirigió a los países árabes y les dijo que debían hacer honor a lo que decían y avanzar hacia la normalización de relaciones con Israel. Él sabe perfectamente bien que esa no era la propuesta. La propuesta consistía en establecer un acuerdo de dos estados y en ese contexto avanzar hacia la normalización, por lo que muy estudiadamente ignoró el contenido de la propuesta y se centró en el corolario, que es como una forma de decir que no iban a cambiar de posición y que no se iban a unir al resto del mundo en apoyo del acuerdo de los dos estados, y así lleva siendo desde siempre.

En el momento de las elecciones, la gente se sentía esperanzada de ver a un nuevo presidente en EEUU, especialmente tras los ocho años de Bush. En su nuevo libro describe a Obama como una página en blanco, en la que la gente puede escribir lo que le guste. ¿Cómo valora a Obama?

Escribí eso antes de las elecciones, antes incluso de las primarias, y no cambiaría nada de lo que dije. Si Vd. examinaba su programa, se encontraba con el típico demócrata centrista de retórica agradable, buen vendedor… Como Vd. sabrá, consiguió un premio de la industria propagandística a la mejor campaña de marketing de 2008, así es… Es culto, inteligente, sabe redactar bien, es afable y actúa como si le gustara la gente. Pero, ¿qué era todo ese llamamiento para el cambio? Estaba vacío. En realidad no era sino una página en blanco: puede escribirse en ella lo se quiera. Nunca dijo en qué iba a consistir el cambio, o de qué iba la esperanza. Era sólo y únicamente: “va a haber un cambio”.

McCain tenía los mismos eslóganes, la razón es obvia. En EEUU, es la industria propagandística quien dirige las elecciones, y los gestores del partido leían las encuestas y sabían que éstas mostraban que el 80% de la población pensaba que el país iba por el camino equivocado. Por eso, la plataforma de tu campaña tiene que reflejar “esperanza y cambio”, y eso hizo Obama. Y lo hizo de manera encantadora y animó a mucha gente a que se revitalizara y emocionara, pero la realidad es que la principal razón de que ganara se debió al apoyo de las instituciones financieras. Le preferían a McCain y le proporcionaron la financiación necesaria y eso hizo que ganara las elecciones. Contaba con el apoyo popular, pero fue gracias a las instituciones financieras, que esperaban que les devolviera el favor –así es como funciona la política-, y no se están viendo defraudadas.

Ha habido inmensos rescates de los bancos y la gran banca es más rica y poderosa que antes y, finalmente, cuando Obama empezó a reaccionar ante la furia popular y empezó a hablar de los “avariciosos banqueros” y demás, le dijeron rápidamente: “Te has pasado, y mucho, de la raya”, y se pusieron a financiar a los republicanos, que favorecen aún más a las grandes empresas que Obama. Esa es la naturaleza de la política estadounidense.

Durante la presidencia de Bush, vimos cómo EEUU utilizaba la tortura en Iraq, las entregas extraordinarias y la fuerza en las relaciones internacionales, dando de lado a la ONU a pesar de las protestas internacionales. ¿Se esforzará EEUU en restaurar su imagen ante la opinión pública mundial, dado lo decepcionante que está siendo la experiencia con Obama?

Más que eso aún, no se ha hecho casi nada y en realidad, en algunos aspectos, es peor que Bush. Lo expongo con todo detalle en mi libro. Hubo un caso en el Tribunal Supremo, en el que éste determinó que los prisioneros en Guantánamo tenían derecho al habeas corpus, y la administración Bush lo aceptó pero declaró que no iba a aplicarlo a Bagram. Eso fue a los tribunales y un juez de primera instancia, que estaba nombrado por Bush, un juez de derechas de un tribunal de primera instancia, anuló eso y declaró que sí, que tenía que aplicarse también a Bagram. El departamento de justicia de Obama está intentando revertir eso para que no se pueda aplicar a Bagram. A este respecto, está yendo más lejos aún que Bush.

Si yo fuera abogado de la administración Bush, indicaría que las acusaciones contra Bush por las torturas no pueden realmente mantenerse mucho bajo la ley estadounidense. Casi todo lo que Bush hizo y autorizó estaba dentro del marco de la ley estadounidense. Los Estados Unidos no han firmado el Convenio contra la Tortura, o lo firmaron con reservas. Fue reescrito muy cuidadosamente para excluir las modalidades de tortura que la CIA había desarrollado e introducido en sus manuales de tortura. La denominada “tortura que no deja huellas”, la tortura psicológica, la tortura mental. La CIA se inspiró en los manuales de la KGB y resultó que habían encontrado que las formas más eficaces para convertir a una persona en vegetal son las de la tortura psicológica, como el confinamiento en solitario, las humillaciones y otras cosas por el estilo. Si nos fijamos en los casos de Abu Ghraib y Guantánamo, aplicaban ese tipo de torturas, en su mayoría “psicológicas”, no de electrodos en los genitales. Por eso, podría sostenerse que estaban actuando desde la derecha dentro del marco de la ley estadounidense.

En realidad, probablemente la única diferencia entre la administración de Bush y las anteriores fue que, en el caso de Bush, la tortura la llevaron a cabo los estadounidenses. Habitualmente, EEUU se la encarga a otros: la perpetran survietnamitas, guatemaltecos o egipcios. Eso es lo que significan las “entregas extraordinarias”. Envías a la gente a otro país para que se encargue de torturarles. Pero en este caso se estaba haciendo justo en Guantánamo.

En la actualidad, la única revelación realmente interesante de los memorandos sobre la tortura, de los que se no se ha dado mucha información, es que los interrogadores testificaron que estaban bajo serias presiones de Cheney y Rumsfeld para que consiguieran información que vinculara a Saddam Hussein con Al-Qaida, lo cual resultaba una afirmación ridícula. Pero ése fue al parecer el elemento que impulsó la mayor parte de las torturas.

Su último libro se titula “Esperazas y Perspectivas”. ¿Cuáles son las esperanzas?

La primera parte del libro trata de Suramérica, y allí tenemos muchos y muy esperanzadores acontecimientos. Por primera vez en quinientos años, desde la época de los conquistadores, Suramérica está empezando a conseguir un cierto grado de independencia e integración y a poder enfrentar al menos algunos de sus más graves problemas internos. La estructura colonial es extrema en Suramérica, donde hay una concentración muy intensa de la riqueza en unas elites europeizadas, de mayoría blanca, rodeadas de una horrible situación trágica y con la peor desigualdad del mundo en una región que tiene muchísimos recursos y potencial. Y se están dando algunos pasos para corregir eso.

En los mismos EEUU también se están produciendo cambios. No sé si son lo suficientemente veloces como para que puedan superarse los principales problemas, pero tomemos sólo la cuestión de Israel y Palestina. No hace muchos años, si yo quería dar una charla sobre ese tema tenía que llevar protección policial en la universidad porque los encuentros podían acabar violentamente. Puedo recordar una ocasión en que la policía insistió en acompañarnos a mí y a mi mujer hasta nuestro coche tras una charla en una universidad. Ese aspecto no ha cambiado del todo, pero ha ido evolucionando con los años y ha cambiado de forma radical después de Gaza. Ahora me encuentro con audiencias entusiastas, muy implicadas, muy comprometidas, que quieren cambiar las cosas.

No ha afectado a los medios, y no ha afectado a la clase política ni a los intelectuales, pero algo está cambiando por todo el país y tarde o temprano esas cosas tienen efectos. En algún sentido se debió al fenómeno Obama, porque sembró muchas expectativas y entretuvo mucho a los activistas. Pero la desilusión ahora está ahí presente. Si esos cambios siguen desarrollándose, con el tiempo pueden finalmente traer cambios importantes, como ocurrió en el caso de Sudáfrica.

Gran parte de su trabajo se ha centrado en el control de los medios y en las deficiencias de la clase intelectual en Estados Unidos, donde resulta difícil mantenerse al margen de un estrecho espectro de opinión. ¿Cómo ve su propia posición en estos momentos?

En primer lugar, yo no diría que EEUU sea muy diferente de otras sociedades a ese respecto. Puede haber cuestiones diferentes, pero no hay muchas diferencias en relación con Inglaterra o Francia. En cada sociedad hay una franja de disidentes. Eso ha sido así a través de la historia. ¿Cómo lo hacen? Porque se sienten comprometidos con ciertos valores e ideales y deciden no conformarse. Normalmente, no se les trata muy bien y cómo se les trate depende de la naturaleza de la sociedad, que nunca actúa de forma muy cortés. En algunas sociedades puedes conseguir que te vuelen la cabeza, en otras que te lleven al Gulag, en otras que te difamen. A los sistemas de poder no les gustan los críticos y utilizan cualquier técnica posible para hundirte y condenarte.

Pero lo que siempre ha sido muy típico, a lo largo de la historia, es que las clases intelectuales se hayan subordinado al poder, con muy pocas excepciones. Pero aún hay personas que no se someten y siguen un camino independiente. A este respecto, EEUU no es realmente muy duro, por eso una persona con una cierta cantidad de privilegios, como les pasa a muchos, y ciertamente a mí, somos bastante inmunes ante una represión dura. Me tuve que enfrentar a la posibilidad de una larga sentencia de prisión, y casi me sentencian, pero fue a causa de una abierta y clara resistencia. No podía objetar nada porque estuve haciendo cosas que eran abierta y conscientemente ilegales en la resistencia contra la guerra, por eso si tenía que ir a prisión no podía llamarlo represión. Por hablar y escribir y cosas así, el castigo es la marginación y la difamación, pero puedo vivir con eso. Cuento con mucho apoyo entre la gente.

El periodista Chris Hedges está investigando en el New York Times, y hace unas pocas semanas se encontró con un memorando del editor jefe de ese periódico a los escritores y columnistas en el que les decía que no se podía mencionar mi nombre. La Radio Nacional Pública ha manifestado que soy la única persona a la que nunca le van a permitir aparecer en las noticias en horario estelar ni en los programas de debate. Pero ese no es un castigo muy grande, y cuando llegue a casa tendré cientos de mensajes llegados por correo, y entre ellos habrá un par de docenas de invitaciones para dar charlas por todo el país y en casi todas ellas habrá una audiencia importante de personas interesadas y comprometidas que son receptivas y que quieren hacer algo, y eso es más que suficiente para animarme a seguir adelante.

Tengo acceso a los medios extranjeros en determinadas circunstancias, por ejemplo, si me muestro crítico hacia EEUU, tengo acceso a los medios. Pero si voy a criticar a los países a los que me invitan, se acabó, sistemáticamente. Lo he notado incluso en Canadá. Si voy a Canadá, les gusta escuchar cómo critico a EEUU, pero si empiezo a criticar a Canadá, la puerta se cierra e igual ocurre por todas partes.

Por último, ¿por qué ha criticado la fórmula de “decirle la verdad al poder”, que el difunto Edward Said utilizó para describir el papel de los intelectuales?

Ése es actualmente un eslogan de los cuáqueros, me gustan los cuáqueros y quiero hacer muchas cosas con ellos, pero no estoy de acuerdo con el eslogan. En primer lugar, no tienes que decirle la verdad al poder, porque sabe bien cuál es. Y en segundo lugar, tú no le dices la verdad a nadie, eso es demasiado arrogante. Lo que puedes hacer es unirte a la gente y tratar de encontrar la verdad, por eso tienes que escuchar y decirles lo que piensas y así sucesivamente, e intentar animar a la gente para que piense por sí misma.

A uno le preocupan las víctimas, no los poderosos, por eso el lema debería ser comprometerte con los débiles y ayudarles y ayudarte a ti mismo a encontrar la verdad. No es un lema fácil para poder formularlo en cinco palabras, pero creo que es el correcto.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2010/1001/intrvw.htm

10/06/2010 Posted by | Como Registrarse., General, Politica Latinoamerica, Reflexiones, Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Colombia – Carta a Alvaro Uribe, por Santiago O´Donnell


Idiotas inútiles

Juan Carlos Meneses Quintero

Por Santiago O’Donnell

Excelentísimo presidente
de la República de Colombia

Don Alvaro Uribe Vélez

Señor Uribe, Perdone la molestia. Me tomo el atrevimiento de hacerle llegar estas líneas atento a la airada reacción que han tenido usted y altos funcionarios de su gobierno ante la difusión pública que ha tenido el testimonio del mayor retirado de la Policía Nacional Juan Carlos Meneses Quintero (foto). Como usted sabe, el mayor Meneses acusó a su hermano menor, Santiago Uribe Vélez, de armar y dirigir a un grupo paramilitar en los años ‘90. El testimonio también lo salpica a usted, ya que según el testigo usted estaba al tanto y/o apoyó dichas actividades.

Disculpe que me haya dado por aludido el jueves pasado cuando usted tildó de “idiotas útiles” a los activistas por los derechos humanos Adofo Pérez Ezquivel y Javier Giraldo que facilitaron el testimonio en Buenos Aires y a los periodistas del diario The Washington Post que lo difundieron en Estados Unidos. Es que yo presencié ese testimonio, y ese testimonio salió publicado primero en este diario.

Entonces quería escribirle para darle la tranquilidad de que la entrevista con Meneses y su testimonio se publicaron porque son de un valor periodístico innegable y no por otra razón. Usted dijo que quienes difundimos el testimonio de Meneses fuimos serviciales a los intereses de los narcoterroristas. Pero no fue por el accionar psicológico de los narcos que la noticia tuvo tanta difusión en Colombia. Después de ocho años de Seguridad Democrática no me va a decir que, además de Página y el Post, las FARC manejan también a los medios colombianos, incluyendo el multimedios propiedad de la familia de su excelentísimo señor vicepresidente. Sin embargo, todos se hicieron eco de la noticia.

Es que, señor Uribe, vamos, hay que decirlo, sobre su hermano Santiago pesa un estado de sospecha. El testimonio de Meneses no cayó del cielo. Se inserta en un contexto que es bueno recordar. Su hermano es un importante hacendado de Antioquia, donde prácticamente nacieron las bandas paramilitares, y muy cerca de la finca de su hermano operó un sanguinario escuadrón de la muerte conocido como los Doce Apóstoles. Es bien conocido, usted lo sabrá, que los escuadrones paramilitares fueron creados por hacendados y empresarios para combatir con métodos ilegales la guerrilla y la delincuencia, y que esos grupos se vincularon con fuerzas militares y de seguridad a través de los políticos locales. En los tiempos de los Doce Apóstoles usted fue senador por y luego gobernador de Antioquia. La estrategia de los paramilitares de aliarse, o para usar un término suyo, “penetrar” la clase política colombiana fue muy exitosa. Si lo sabrá usted: cerca de un tercio del Parlamento y varios gobernadores y alcaldes, incluyendo su primo Mario, están presos o bajo proceso por sus vínculos con los paramilitares. Casi todos son o fueron aliados suyos.

Volviendo al estado de sospecha que pesa sobre su hermano, no es que simplemente estaba en el momento justo, en el lugar justo, y en las condiciones ideales como para gestar y financiar una formación paramilitar. Seguramente no todos los hacendados asediados por la guerrilla en los ’90 respondieron a la amenaza con escuadrones de la muerte. Hasta es posible imaginar que los Doce Apóstoles hayan limpiado a los enemigos de Santiago y (de los demás hacendados) de gusto nomás, por iniciativa propia. Pero hay más.

Santiago Uribe ya había sido investigado dos veces como presunto cabecilla de los Doce Apóstoles, por la Fiscalía de Antioquia en 1998 y por Fiscalía General en el 2002. En ambos casos se dictó una falta de mérito o auto inhibitorio, como dicen ustedes allá, porque las fiscalías consideraron que no había suficientes pruebas para procesar o sobreseer a su hermano. El año pasado el dirigente opositor Gustavo Petro intentó abrir una investigación parlamentaria por el mismo tema pero no consiguió suficientes votos. Usted dirá: lo investigaron dos veces porque los fiscales son idiotas útiles del narcoterrorismo, y lo acusaron en el Congreso porque el narcoterrorismo penetró la bancada parlamentaria del Polo Democrático.

De hecho el testimonio de Meneses corrobora los dichos de un testigo de identidad reservada que figuran en el expediente judicial de los crímenes de los Doce Apóstoles. El testigo secreto sería un agente que habría servido de nexo entre la policía local y los paramilitares. Meneses era el jefe directo de este testigo y el responsable de la seguridad de toda la zona, amén de un oficial de alto rango de la institución policial. Dada la situación en que se encontraba, bajo cualquier parámetro de razonabilidad, hay que admitir que se trata de un testigo clave.

Y como bien apuntó el fiscal general de su país, Guillermo Mendoza Diago, al ser consultado sobre la situación de su hermano hace un par de días: “Cuando hay resoluciones inhibitorias y sobreviene una prueba, la obligación del funcionario correspondiente es revocar dicha resolución e iniciar una investigación según lo que amerite esa nueva prueba”. De sus dichos se desprende que Mendoza Diago reabriría la investigación de su hermano, sumándose así a su extensa lista de idiotas útiles al servicio del narcoterrorismo. Le recuerdo que Santiago Uribe nunca ha sido juzgado aún por los crímenes de los Doce Apóstoles, por lo que su derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo cimen está prácticamente garantizado.

Está bien, es cierto, su hermano y su vicepresidente se encargaron de recordar esta semana que Meneses había sido pasado a retiro por problemas legales y/o disciplinarios, dando a entender que es un testigo poco confiable. Yo lo entrevisté y le confieso que no le compraría un auto usado. Pero Meneses cobraba la pensión militar, sus causas judiciales se habían archivado y tenía un negocio informático que andaba bien. Todos sus afectos están en Colombia.

¿Qué necesidad tenía de exiliarse, pasar a la semiclandestinidad y autoincriminarse a riesgo de pasar años en la cárcel? ¿Qué necesidad tenía de confesarle a sus hijos que él es un asesino que mató y mandó a matar por orden de Santiago Uribe? ¿Todo eso por un puñado de dólares de los narcos? ¿Dónde y con quién iba a disfrutar ese dinero?

¿Y cómo hizo Meneses para convencer a los idiotas útiles de Naciones Unidas de que le dieran status de refugiado en Venezuela porque su vida corría peligro en Colombia? ¿Los miembros de los Doce Apóstoles que han muerto en circunstancias poco claras en los últimos años, se hicieron matar a propósito, para que Meneses tuviera una excusa para escaparse del país?

Qué sé yo. Hay que reconocer, señor presidente, que su jefe de Policía, el general Oscar Naranjo, estuvo rápido de reflejos. No bien salió publicado mi artículo citó al coronel Benavídez, ex jefe directo de Meneses, para un interrogatorio. Meneses me había dicho que tiene una grabación secreta de Benavídez donde el coronel avala la denuncia contra su hermano y contra usted. La cosa es que Naranjo salió del interrogatorio del coronel con un hallazgo: el testimonio de Meneses había sido comprado por un grupo narco llamado “los cambas”. El coronel no hizo declaraciones pero no importa: con lo que dijo Naranjo alcanzó para que usted, su hermano, su vice y su candidato en las elecciones de hoy salieran a difundir la idea de que Meneses es un agente del narcoterrorismo.

Lo que no termino de entender es lo que dijo su hermano. Explicó que el testimonio de Meneses fue armado para influir en la campaña electoral. Pero resulta que mientras su candidato se cansó de hablar del tema, el principal candidato de la oposición lo ignoró por completo. Entonces, más que de idiotas útiles habría que hablar de idiotas

inútiles, porque instalamos un tema en la agenda mediática supuestamente para perjudicarlo a usted, señor presidente, pero el tema lo termina capitalizando su candidato, el candidato oficialista.

Ojo que a mí no me molesta. Siempre digo que bastante difícil es hacer periodismo como para querer cambiar el mundo. Si la información vale, lo que se haga con ella o se deje de hacer ya no es mi problema.

No hace falta que diga que considero a su hermano inocente hasta que se demuestre lo contrario. Eso se da por descontado. Tampoco me compro todo lo que dijo Meneses, aunque todo lo que dijo me resulta creíble por el contexto antes mencionado. Pero me parece que no se puede negar que se trata de un testigo clave. Acusa a su hermano de asesino y a usted de cómplice. Dice que estuvo reunido con Santiago Uribe en presencia de otros testigos “unas cinco o seis veces”. Aporta datos sobre hechos, nombres y lugares en minucioso detalle, datos que podrían ser corroborados con inspecciones oculares, careos, documentos y demás diligencias judiciales para saber si dice o no la verdad. Ya verá el fiscal si conviene reabrir la causa.

Si no, hay otras instancias a las que tanto su hermano como los familiares de las víctimas de los Doce Apóstoles pueden acudir en busca de justicia. Usted sabe que tanto la fiscalía de la Corte Penal Internacional con sede en La Haya como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José de Costa Rica han realizado visitas a Colombia durante su mandato e informado sobre serias deficiencias en el funcionamiento de la Justicia de su país, sobre todo en zonas de conflicto. Es un mandato del derecho internacional que cuando las condiciones no están dadas para llevar a juicio a personajes importantes en un determinado país, las cortes internacionales tienen la obligación de intervenir y juzgar a los acusados.

Convengamos que su decisión de extraditar a Estados Unidos a los principales jefes paramilitares justo cuando empezaban a revelar sus contactos con políticos y militares no dejó muy bien parada a la Justicia colombiana. No es un detalle menor que la Corte Suprema recién se enteró de las extradiciones cuando los paras ya estaban arriba de un avión en vuelo a Florida.

Por todo lo antedicho, señor presidente, permítame la osadía de ofrecerle un consejo. Me parece que en casos como éste no conviene sacar conclusiones precipitadas sobre la salud mental de quienes difunden ciertos testimonios. Es posible que algunos no sean tan idiotas como usted piensa.

Saludos.

sodonnell@pagina12.com.ar

30/05/2010 Posted by | General, Politica Latinoamerica, Reflexiones, Sociedad y Cultura, Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Sepa lo que es el capitalismo – Atilio A. Boron


13-05-2010

Rebelión

El capitalismo tiene legiones de apologistas. Muchos lo hacen de buena fe, producto de su ignorancia y por el hecho de que, como decía Marx, el sistema es opaco y su naturaleza explotadora y predatoria no es evidente ante los ojos de mujeres y hombres. Otros lo defienden porque son sus grandes beneficiarios y amasan enormes fortunas gracias a sus injusticias e inequidades. Hay además otros («gurúes» financieros, «opinólogos», «periodistas especializados», académicos «bienpensantes» y los diversos exponentes del «pensamiento único») que conocen perfectamente bien los costos sociales que en términos de degradación humana y medioambiental impone el sistema. Pero están muy bien pagados para engañar a la gente y prosiguen incansablemente con su labor. Ellos saben muy bien, aprendieron muy bien, que la «batalla de ideas» a la cual nos ha convocado Fidel es absolutamente estratégica para la preservación del sistema, y no cejan en su empeño.

Para contrarrestar la proliferación de versiones idílicas acerca del capitalismo y de su capacidad para promover el bienestar general examinemos algunos datos obtenidos de documentos oficiales del sistema de Naciones Unidas. Esto es sumamente didáctico cuando se escucha, máxime en el contexto de la crisis actual, que la solución a los problemas del capitalismo se logra con más capitalismo; o que el G-20, el FMI, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, arrepentidos de sus errores pasados, van a poder resolver los problemas que agobian a la humanidad. Todas estas instituciones son incorregibles e irreformables, y cualquier esperanza de cambio no es nada más que una ilusión. Siguen proponiendo lo mismo, sólo que con un discurso diferente y una estrategia de «relaciones públicas» diseñada para ocultar sus verdaderas intenciones. Quien tenga dudas mire lo que están proponiendo para «solucionar» la crisis en Grecia: las mismas recetas que aplicaron y siguen aplicando en América Latina y África desde los años ochenta!

A continuación, algunos datos (con sus respectivas fuentes) recientemente sistematizados por CROP, el Programa Internacional de Estudios Comparativos sobre la Pobreza radicado en la Universidad de Bergen, Noruega. CROP está haciendo un gran esfuerzo para, desde una perspectiva crítica, combatir el discurso oficial sobre la pobreza elaborado desde hace más de treinta años por el Banco Mundial y reproducido incansablemente por los grandes medios de comunicación, autoridades gubernamentales, académicos y «expertos» varios.

Población mundial: 6.800 millones, de los cuales

  • 1.020 millones son desnutridos crónicos (FAO, 2009)

  • 2.000 millones no tienen acceso a medicamentos (www.fic.nih.gov)

  • 884 millones no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF 2008)

  • 924 millones “sin techo” o en viviendas precarias (UN Habitat 2003)

  • 1.600 millones no tienen electricidad (UN Habitat, “Urban Energy”)

  • 2.500 millones sin sistemas de dreanajes o cloacas (OMS/UNICEF 2008)

  • 774 millones de adultos son analfabetos (www.uis.unesco.org)

  • 18 millones de muertes por año debido a la pobreza, la mayoría de niños menores de 5 años. (OMS)

  • 218 millones de niños, entre 5 y 17 años, trabajan a menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agricultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006)

  • Entre 1988 y 2002, el 25% más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde el 1,16% al 0,92%, mientras que el opulento 10% más rico acrecentó sus fortunas pasando de disponer del 64,7 al 71,1% de la riqueza mundial . El enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso el empobrecimiento de muchos.

  • Sólo ese 6,4 % de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70% de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias y sufrimientos de los más pobres. Entiéndase bien: tal cosa se lograría si tan sólo se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10% más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial.

Conclusión: si no se combate la pobreza (¡ni se hable de erradicarla bajo el capitalismo!) es porque el sistema obedece a una lógica implacable centrada en la obtención del lucro, lo que concentra la riqueza y aumenta incesantemente la pobreza y la desigualdad económico-social.

Después de cinco siglos de existencia esto es lo que el capitalismo tiene para ofrecer. ¿Qué esperamos para cambiar al sistema? Si la humanidad tiene futuro, será claramente socialista. Con el capitalismo, en cambio, no habrá futuro para nadie. Ni para los ricos ni para los pobres. La sentencia de Friedrich Engels, y también de Rosa Luxemburgo: «socialismo o barbarie», es hoy más actual y vigente que nunca. Ninguna sociedad sobrevive cuando su impulso vital reside en la búsqueda incesante del lucro, y su motor es la ganancia. Más temprano que tarde provoca la desintegración de la vida social, la destrucción del medio ambiente, la decadencia política y una crisis moral. Todavía estamos a tiempo, pero ya no queda demasiado.

http://www.atilioboron.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

13/05/2010 Posted by | General, Medio Ambiente, Politica Internacional, Politica Latinoamerica, Solidaridad, Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Atilio Borón: “Uribe es el Caballo de Troya de Estados Unidos”


América Latina enfrenta un nuevo panorama geopolítico con la presencia norteamericana en Colombia. Borón explica la postura de los Estados Unidos y la militarización en la región, el panorama en Honduras, la situación de Chávez y el Amazonas.

Por Julio Ferrer

Es sociólogo y uno de los más destacados pensadores latinoamericanos. Acaba de obtener el Premio Internacional José Martí 2009 otorgado por la Unesco. Fue secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Actualmente dirige el PLED (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia) y es titular de las cátedras de Teoría y Filosofía Política en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Entre sus numerosos libros se destacan “Reflexiones sobre el poder, el estado y la revolución”, “Consolidando la explotación, la academia y le Banco Mundial contra el pensamiento crítico”, “Socialismo siglo XXI ¿hay vida después del neoliberalismo? y “Crisis civilizatoria y agonía del capitalismo, diálogos con Fidel Castro” de reciente aparición. En esta entrevista reflexiona sobre el golpe cívico-militar en Honduras, las bases militares de EEUU en territorio colombiano y el nuevo escenario de América Latina.

Crisis en Honduras

Si el gobierno de los Estados Unidos prometió suspender todas las visas, cortar los fondos a los golpistas y no reconocer las próximas elecciones hondureñas de noviembre, ¿por qué todavía no ha declarado que la vida política de Honduras se ha transformado en una dictadura cívico-militar?

Sin ninguna duda, la brutalidad de los hechos lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas. Un presidente constitucional- Manuel Zelaya- es violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados y trasladado a una base militar norteamericana (la Soto Cano, en Palmerotas), una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población –tal como se hiciera en el golpe contra Chávez- y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN; la reacción del pueblo que sale a la calle a detener a los tanques y los vehículos del Ejército a mano limpia y exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de las radios y la televisión, la censura a la prensa, todo para sembrar pánico y confusión. De todas maneras, los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y la OEA se ha manifestado en los mismos términos, exigiendo la restitución inmediata de Zelaya. El presidente Obama debe saber que el golpe en Honduras sólo fue posible por la aquiescencia brindada por su gobierno. Pese a todo este cúmulo de evidencias, Washington se niega a hablar de golpe de Estado y a sancionar con toda severidad al nuevo régimen.

Además no es la primera vez que Estados Unidos intervienen en los asuntos políticos en Honduras para proteger sus intereses

Absolutamente. EEUU lo viene haciendo desde 1903, pero la gran invasión ocurriría en 1983, cuando el embajador de EEUU en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del organismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. No está de más recordar que durante los años ochenta las fuerzas armadas de Honduras fueron reestructuradas y reeducadas integralmente por la Escuela de las Américas. En Tegucigalpa se establecería la gran base de operaciones desde donde se monitorearon los actos terroristas realizados contra el gobierno Sandinista y se promovió la creación del Escuadrón de la Muerte (Batallón 316) que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras. Se brindó apoyo logístico y militar al ejército salvadoreño y a los paramilitares que combatían a la guerrilla del Frente Farabundo Martí. El presidente Obama no puede ignorar estos nefastos antecedentes. Lo que se le está pidiendo es que Estados Unidos deje de intervenir, que retire su apoyo a los golpistas, único sustento que los mantiene en el poder, y que de ese modo facilite el retorno de Zelaya a Tegucigalpa. La Casa Blanca dispone de muchos instrumentos económicos y financieros para disciplinarlos. Si no lo hace es porque no quiere, y los gobiernos y pueblos de América Latina deberían sacar sus propias conclusiones.

Álvaro Uribe: “Caballo de Troya del Imperio”

En un artículo reciente, usted sostiene que Uribe es uno de los principales narcotraficante de Colombia ¿Podría hacer una ampliación de ésto?

Hay un documento que se hizo público recientemente y que resume información que han venido compilando el     FBI, la DEA, y varias agencias de inteligencia norteamericanas, donde se demuestra irrefutablemente el vínculo que liga Uribe con el narcotráfico. En 2004, el Archivo Federal de Seguridad de Estados Unidos dio a conocer un documento producido en 1991 en el que se acusa al por entonces senador Álvaro Uribe Vélez de ser uno de los principales narcotraficantes de Colombia, referenciado como el hombre número 82 en un listado, cuyo puesto 79 ocupaba Pablo Escobar de Gaviria, capo del Cartel de Medellín y amigo de toda la familia de Uribe. El informe, que puede leerse en http://www.gwu.edu/%7Ensarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/dia910923.pdf, asegura que el hoy presidente colombiano “se dedicó a colaborar con el cartel de Medellín en los más altos niveles del gobierno. Uribe estaba vinculado a un negocio involucrado en el tráfico de narcóticos en Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia por su conexión con los narcos. Uribe trabajó para el cartel de Medellín y es un estrecho amigo personal de Pablo Escobar Gaviria… (y) fue uno de los políticos que desde el Senado atacó toda forma de tratado de extradición”. Y siguen unas series de acusaciones muy fundadas y probadas, a las cuales se agrega un cuantioso volumen de informaciones que todavía no han sido desclasificadas pero que demuestran los lazos indestructibles y comprobables entre Uribe y el narcotráfico. Esto para ni hablar de su probada vinculación con los paramilitares y su complicidad en el asesinato de miles de civiles en Colombia perpetrado por aquellos en los últimos años y que, entre otras cosas, motivara el bloqueo en el Congreso de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio firmado por George W. Bush y Álvaro Uribe hace ya algunos años.

¿Usted define a Uribe como “el Caballo de Troya del Imperio” en base a esta información?

Absolutamente. Su misión es ser el Caballo de Troya de EEUU dentro del cual penetrará la máquina militar norteamericana con el pretexto de combatir al narcotráfico. Si los norteamericanos le piden siete bases, Uribe pondrá siete bases. Si él llegara a reaccionar o rechazara los pedidos del Imperio, correría la misma suerte del “ex hombre fuerte” de Panamá Manuel Antonio Noriega, quien una vez cumplida con las tareas que le impusiera la Casa Blanca, fue derrocado y apresado por la cruenta invasión de 1989. Noriega fue encerrado en una cárcel de máxima seguridad y condenado a 40 años de prisión por sus vinculaciones con el cartel de Medellín. Eso les ocurre a estos personajes cuando dejan de ser funcionales a los intereses del Imperio. Es por eso que Uribe no puede oponerse a nada de lo que le pida. Y está decidido, si es necesario, en convertir a Colombia en un protectorado norteamericano.

Ahora se entiende porque Uribe intenta a cualquier costo conseguir que la Corte Suprema declare constitucional su reelección…

Claro, por eso Uribe está tan desesperado por obtener su reelección, en medio de un proceso plagado de ilegalidades, fraudes y sobornos. La mal llamada “prensa libre” que se rasga las vestiduras por las iniciativas de consulta popular sobre la reelección de presidentes nobles y patrióticos como Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa, no escriben ni una sola línea sobre el proyecto reeleccionista de un personaje del bajo fondo como Uribe, donde más de 70 personas involucradas en su campaña -sobre todo parlamentarios de su partido y altos funcionarios del gobierno- que se encuentran procesadas (y algunas ya condenadas) por la justicia colombiana por la comisión de toda suerte de ilícitos encaminados a facilitar la re-elección de Uribe.
Las bases militares norteamericanas en Colombia

¿Cuántas bases tiene EEUU diseminada por el mundo?

Según Douglas Chalmers, un especialista en este tema, el imperio tiene 872 bases y misiones militares a lo largo y ancho del planeta. Tal como lo dijera ese notable pensador estadounidense Noam Chomsky -a quien el poeta y ensayista cubano Roberto Fernández Retamar denominara “El Bartolomé de Las Casas del imperio norteamericano”- este inmenso dispositivo militar es el principal instrumento de un plan de dominación mundial solo comparable al que alucinara la mente patológica de Adolf Hitler.

Con respecto a las siete bases norteamericanas en territorio colombiano, el presidente Uribe las justifica “para librar una batalla contra el narcotráfico y el terrorismo”.

Es una excusa insostenible a la luz de la experiencia: según una agencia especializada de las Naciones Unidas los dos países donde creció la producción y exportación de amapola y coca son Afganistán y Colombia, ambos bajo una suerte de ocupación militar norteamericana. Y, por otra parte, si algo enseña la historia del último medio siglo de Colombia es la probada incapacidad de la vía militar para resolver el desafío planteado por las FARC. La solución a la crisis es política, no militar.

¿Dónde se instalarían las bases?

Las siete bases estarían localizadas en Larandia y en Aplay (ambas en el Oriente Colombiano); en Tolemaida y en Palanquero (en el centro de Colombia); en Malambo (sobre el Atlántico, en la costa Norte); en Cartagena, sobre el Caribe colombiano y la séptima en un lugar aún no determinado del Pacífico. El Congreso de EEUU ya aprobó la suma de 46 millones de dólares para instalar su personal y sus equipos bélicos y de monitoreo en la más importante de estas bases: Palanquero. En la actualidad ya hay en Colombia 800 hombres de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y 600 “contratistas civiles”-en realidad, mercenarios-pero los analistas coinciden en señalar que la cifra real es mucho más elevada que la oficialmente reconocida. También hay evidencia de que en el Perú de Alan García se han destinado algunos apostaderos navales como base de operaciones de la Cuarta Flota.

Con las bases funcionando en Colombia, ¿el objetivo inmediato es desestabilizar la revolución bolivariana de Venezuela? ¿Puede producirse un efecto dominó en el continente?

Con la entrega de estas bases, Venezuela queda completamente rodeada, sometida al acoso permanente de las tropas del Imperio estacionadas en Colombia, aparte de las nativas y los “paramilitares”. A ello habría que agregar el apoyo que aporta en esta ofensiva en contra en contra de la revolución bolivariana las bases norteamericanas en Aruba, Curaçao y Guantánamo, la de Palmerola, en Honduras; y la IV Flota que dispone de suficiente recursos para patrullar el litoral marítimo y penetrar en los ríos interiores de América Latina. También Bolivia y Ecuador. También Evo Morales y Correa quedan en la mira. En Paraguay, Estados Unidos se aseguro el control de la base estratégica de Estigarribia-a menos de cien kilómetros de la frontera con Bolivia- y que cuenta con unas de las pistas de aviación más extensas y resistentes de Sudamérica, apta para recibir los gigantescos aviones de transporte Galaxy con tanques, aviones y armamento pesado de todo tipo que utiliza el Pentágono. También tiene otra base, a cien metros de la frontera con Brasil (sí, cien metros), actualmente bajo el control formal de la DEA pero que, en realidad es una base militar. Está situada en la localidad de Pedro Juan Caballero, justo frente a la ciudad brasileña de Ponta Porá, en Mato Grosso do Sul. El plan es clarísimo: tienen completamente rodeada al Amazonas, que para los estrategos norteamericanos es una suerte de “tierra de nadie” que será ocupada por quienes tengan la capacidad técnica, logística y militar para hacerlo. No reconocen la soberanía del Brasil, y mucho menos de Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador o Bolivia sobre esa inmensa región, el pulmón del planeta Tierra.

En la reunión última del Unasur en Bariloche, ¿se pudo consensuar algo concreto sobre las bases de EEUU en territorio colombiano?

Si bien no se condenó ni se exigió el retiro de las bases norteamericanas en territorio colombiano-cosa que se podría haber hecho- Uribe tuvo que aceptar la creación de una Comisión del Consejo Sudamericano de Defensa con autoridad para visitar esas siete bases, inspeccionar su armamento, las tropas, los civiles-mercenarios contratados. Veremos si cumple. Evo Morales dijo una cosa muy interesante en Bariloche: si EE.UU. es un país tan democrático entonces debería aceptar la realización de un plebiscito continental para que los pueblos de Latinoamérica decidan si aceptan o no la instalación de bases extranjeras en sus territorios. Esta sería una interesante propuesta. De todos modos lo que hay que decir es que pese a su tono lavado la resolución de la UNASUR es importante, que el conflicto no termina aquí y que la disputa será muy larga y con incontables idas y venidas. Haber preservado la unidad de UNASUR y elaborado una declaración por consenso alienta a los distintos gobiernos democráticos de la región para seguir en la lucha contra la militarización desencadenada por la política estadounidense. Y, además, es un moderado revés para la política de la Casa Blanca, uno de cuyos objetivos es abortar a la UNASUR y a cualquier organismo regional que no cuente con su activa presencia.
El Amazonas: el objetivo estratégico de Estados Unidos

Lula y su gigante sudamericano ¿corre peligro también de caer en las garras del imperio?

Como dije antes, el objetivo inmediato es derrocar a Chávez, y con el efecto carambola acabar con Evo Morales y Correa. Pero el objetivo estratégico de largo alcance, es tomar el Amazonas.

¿Por qué?

Porque en el Amazonas se encuentra la más grande reserva de agua subterránea del planeta (sobre todo por su inmensa capacidad de recarga) que es el acuífero Guaraní, que compartimos Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. En la zona hay grandes ríos como el Amazonas, el Orinoco, el Paraná e innumerables afluentes, muchos de los cuales desembocan en la Cuenca del Plata. Esta es una región que los expertos consideran como la más rica del planeta por sus recursos naturales: agua, petróleo, gas, energía hidroeléctrica, minerales estratégicos, agricultura, biodiversidad, etcétera. Esas bases militares son la avanzada de una agresión militar orientada a apoderarse de esas riquezas, la que se desencadenará inexorablemente una vez que el imperio lo considere oportuno y necesario. Por lo tanto, sabemos que esto va a ocurrir; lo único que no sabemos es cuándo ocurrirá. Y Uribe es quien descaradamente ofrece a Colombia como la base territorial más importante para semejante plan de rapiña, aspirando emular en América Latina el papel que Israel desempeña en Medio Oriente.
-Ante este panorama, donde EEUU planea recolonizar América Latina y el Caribe, ¿qué posición tienen que tomar los distintos gobiernos democráticos de la región?
Ante estas amenazas los países sudamericanos tienen que reaccionar con mucha firmeza, exigiéndole a Estados Unidos archivar sus planes belicistas en Colombia, desmilitarizar América Latina y el Caribe y desactivar la IV Flota. Por su parte los gobiernos de la región nucleados en la Unsaur y el Consejo Sudamericano de Defensa deberían reforzar esta demanda mediante algunas iniciativas que claramente demuestren la seriedad de este reclamo: por ejemplo, una primera medida podría ser ordenar el inmediato retiro de las misiones militares y el personal militar estadounidense estacionado en nuestros países mientras no se reviertan las políticas belicistas del imperio. Luego se debería ir escalando meticulosamente estas medidas hasta forzar a Estados Unidos a abandonar sus pretensiones en esta región. Es difícil, sin duda; pero no es imposible.

Revista 2010

18/12/2009 Posted by | General, Politica Internacional, Politica Latinoamerica, Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | 2 comentarios

MOVILIZACIONES EN EL DIA MUNDIAL POR LA SOBERANIA ALIMENTARIA


via campesinaLa producción de alimentos creció en forma vertiginosa, pero el hambre siguió creciendo también.

En marcha por otro modelo agrario

En el mundo hay 1020 millones de personas con hambre. Campesinos de 56 países harán marchas. Aquí será en la Plaza de Mayo.

Por Darío Aranda

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) informó este año la existencia de 1020 millones de personas con hambre, el 15 por ciento de la población mundial. Durante los últimos cincuenta años, la FAO –en sintonía con el sector privado, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC)– insistió en aumentar la producción de alimentos para que ésta derrame sobre las poblaciones en riesgo. “Es una falsa verdad que a mayor producción, menos hambre. Se ha demostrado que esa lógica produjo más hambre y sólo benefició a las empresas, con mayores ganancias. Por eso reclamamos un cambio de modelo”, explicaron desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), que hoy se moviliza por el Día Mundial por la Soberanía Alimentaria, un modelo que privilegia la agricultura familiar, contrario a los agronegocios actual. Centenares de campesinos, hombres y mujeres de una decena de provincias, acampan desde ayer frente al Ministerio de Agricultura –a la espera de ser recibidos por autoridades políticas– y marcharán hoy a Plaza de Mayo con sus reclamos históricos.

Soberanía alimentaria es un concepto desarrollado por la Vía Campesina, un movimiento internacional, presente en 56 países, de pequeños productores, trabajadores rurales, indígenas y familias sin tierra. Es el derecho que tienen cada Estado y pueblo a la alimentación y a definir su modo de producción de alimentos de acuerdo con sus propias necesidad, dando prioridad a las economías y mercados locales, y fortaleciendo a los campesinos y a la agricultura comunitaria.

“Lamento anunciar que jamás en la historia de la humanidad ha habido tantas personas que padecen hambre, la mayoría viven en países en vías de desarrollo”, señaló recientemente ante la prensa el director general de la FAO, Jacques Diouf, que insistió con aumentar la producción como posible solución. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación 1996, la FAO se había fijado como meta reducir a la mitad el número de desnutridos para 2015. “Es un objetivo irrealizable”, reconoció Diouf, y aceptó la necesidad de “un nuevo orden alimentario mundial”.

En 1997 había 825 millones de personas con hambre. En 2006 había crecido a 873 millones. Y en 2009 llegó a su record histórico: 1020 millones. En Latinoamérica aumentó un 13 por ciento la cantidad de personas con hambre (se pasó de 47 a 53 millones).

Diego Montón, del MNCI-Vía Campesina, resaltó que en la actualidad “se producen suficientes alimentos para toda la población mundial. El problema no es de producción de alimentos, sino de cómo se producen, quién los produce, cómo se distribuyen y cómo se tiene acceso a los mismos”.

Por ese motivo, los campesinos de Argentina rechazan el modelo de agronegocios actual –que tiene a la soja como emblema–, proponen fortalecer la producción comunitaria y tradicional de alimentos, y exigen una política integral hacia el sector campesino indígena. Advierten que no han tenido ninguna respuesta de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (a más de un año de su creación, inicialmente como subsecretaría) y afirman que acamparán frente al Ministerio de Agricultura hasta ser recibidos por una autoridad política.

Junto con el Frente Popular Darío Santillán y otro medio centenar de organizaciones sociales, marcharán hoy desde el Ministerio de Agricultura hasta Plaza de Mayo, donde habrá intercambio de semillas criollas y un recital. “La tierra, el agua y los bienes naturales deben cumplir una función social, en manos de campesinas e indígenas que produzcan alimentos para los mercados locales, no forraje (soja) para los animales del primer mundo”, explica la convocatoria. Además de soberanía alimentaria, exigirán una reforma agraria integral (que garantice a las comunidades poder vivir y producir en sus tierras), el freno a los desmontes y denunciarán la represión y criminalización del sector.

“El agronegocio intenta desplazar a la agricultura familiar y campesina, con todo tipo de prácticas ilegales y violentas que a veces cuentan con la complicidad de funcionarios corruptos. Miles de familias campesinas están siendo expulsadas del campo por la acción del agronegocio. Miles de hectáreas de bosques nativos han sido deforestadas por acción del agronegocio. Desde Vía Campesina sostenemos que el agronegocio es contradictorio con la agricultura campesina y la lucha contra el hambre”, explicó Montón.

Según el Centro de Informaciones de Naciones Unidas, en los últimos 50 años la producción mundial de alimentos “aumentó de forma vertiginosa, incluso más que la tasa de la población mundial”. Sólo entre 1990 y 1997 la producción per cápita de alimentos creció un 25 por ciento, sin embargo el hambre aumentó.

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16/10/2009 Posted by | General, Politica Internacional, Politica Latinoamerica, Reflexiones, Uncategorized | , , , , , | Deja un comentario

LA PRESIDENTA LLEGO A VENEZUELA PARA PARTICIPAR DE LA SEGUNDA CUMBRE DE AMERICA DEL SUR Y AFRICA


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Llegó el turno de la integración Sur-Sur

En el encuentro se analizará el acercamiento entre los dos bloques. La democratización de la ONU y la necesidad de promover la elaboración de drogas y medicamentos genéricos en la agenda. Los miembros de Unasur hablarán sobre la situación en Honduras.

Por Martín Piqué

Desde Isla Margarita

La Presidenta aterrizó anoche en el aeropuerto de Porlamar, ciudad comercial de la isla, para asistir a la segunda cumbre de países de América del Sur y Africa. El calor tropical del Caribe la recibió con sus 38 grados a la sombra, pero Cristina Fernández se interesó más por el otro comité de bienvenida, el que no dependía de la naturaleza sino de los cambios de los últimos años en la política internacional: al momento de su aterrizaje, en la delegación argentina ya habían recibido solicitudes de reuniones bilaterales por parte de Malí, Togo y República Centroafricana. Era otra muestra del avance de la integración Sur-Sur, un fenómeno que tiende a profundizarse con el fortalecimiento de la multilateralidad y el ascenso de nuevos actores, como Brasil, India y China. Pero en esta cumbre no sólo se debatirá el acercamiento entre dos bloques (cuasi) continentales: en la mañana, antes de la apertura del encuentro, los países miembros de la Unasur podrían reunirse para analizar la situación en Honduras. Por razones obvias, el presidente Lula tendrá un protagonismo ineludible: en la delegación venezolana daban por descontado que hoy tendrá una conversación aparte y a solas con el anfitrión, Hugo Chávez.

La cumbre de naciones de América del Sur y Africa (ASA, según sus siglas) es organizada por Venezuela como país anfitrión, Brasil como país coordinador de Sudamérica, y Nigeria como Estado coordinador por Africa. La mención a los roles de Venezuela y Brasil no es intrascendente, mucho menos caprichosa: sobre todo si se tiene en cuenta que el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, anunció públicamente que no asistirá a la convocatoria. En vez de asistir a la cumbre en Margarita, Uribe permanecerá en Boston, estado de Massachusetts, donde lo retendrán algunos “compromisos”, según informaron desde Bogotá. En la discusión con los países africanos, Colombia estará representada por su vicecanciller. Las tensiones internas de Sudamérica que resurgieron con el anuncio de la instalación de bases estadounidenses siguen a carne viva. Y explican la distancia que muestra Colombia ante una iniciativa que es impulsada sobre todo por Brasil. El gigante verdeamarelho está intentando plantarse como el representante de Sudamérica en las discusiones globales. Mal no le va.

Pra frente Brasil

Cualquier liderazgo hay que encarnarlo con hechos. La mejor prueba es el alojamiento del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya en la embajada brasileña en Tegucigalpa. Otra demostración se puede encontrar en recientes declaraciones del canciller Celso Amorim. “Brasil podría haber hecho un acuerdo Brasil-Africa, como fue sugerido por algunos africanos. Pero nosotros hallamos más interesante compartir con América del Sur. No porque seamos buenitos. Es porque solos no vamos a tener la misma fuerza en el mundo”, sentenció Amorim. El ascenso de Brasil en el marco del bloque bautizado BRIC puede explicar la reciente consolidación del G-20 como ámbito de discusión global. También alimenta las esperanzas de los gobernantes del mundo que reclaman una participación más igualitaria de todos los países en la dirección de las Naciones Unidas. Aunque muchos hayan preferido poner el acento en lo estrafalario de su traje ocre, en su turbante y en su cabello azabache ostensiblemente teñido, el libio Muammar al Khadafi dedicó buena parte de su discurso en la Asamblea General de la ONU a denunciar las desigualdades que se mantienen en el seno del organismo. Como el poder de veto de los miembros del Consejo de Seguridad.

Khadafi ya llegó a Margarita. Se espera que repita su denuncia contra las desigualdades en la dirección del organismo que supuestamente dirige los asuntos mundiales. El tema ya había surgido en la primera cumbre de América del Sur y Africa: la exigencia de una democratización de las Naciones Unidas quedó como una de las conclusiones más fuertes de aquel documento. Otro de los temas infaltables que volverá a ser discutido este año será la necesidad de promover desde los organismos supranacionales la elaboración de drogas y medicamentos genéricos que enfrenten el drama que vive Africa con la extensión del VIH y, en menor medida, la malaria. Este punto deberá sortear nuevamente la presión y el lobby que ejercen los laboratorios farmacéuticos de alcance multinacional.

Una región diferente

La Presidenta llegará a la cumbre con las naciones africanas tras el éxito que significó su participación en el G-20: en la delegación argentina todavía se comenta el almuerzo con Barack Obama en el que se habló de Honduras; también el abrazo a pura sonrisa que fue registrado por todos los fotógrafos. Como todo presidente argentino (en este caso presidenta), CFK sabe que Africa en principio no figura entre los destinos más comunes para el comercio exterior del país. Tras la última gira presidencial por el norte de Africa, que incluyó Argelia, Libia, Túnez y Egipto, la mandataria felicitó a los funcionarios de Cancillería por los resultados económicos que se habían obtenido a lo largo del viaje. Entonces consideró que la gira significaba “una apertura comercial y política a una región diferente con las que habitualmente se comercia”.

La apertura política hacia Africa se volverá a poner a prueba hoy cuando CFK participe de la cumbre que reunirá a los presidentes de América del Sur con los del continente más pobre, el más olvidado. En el Gobierno han descubierto que de regiones no tan nombradas por los cánones tradicionales de la política exterior pueden surgir iniciativas muy beneficiosas para la Argentina: un ejemplo muy reciente –aunque no involucre a un país africano– era mencionado anoche en el magnífico Hotel Hesperia, donde se alojan todas las comitivas sudamericanas. Se trata de la firma del acuerdo de cooperación nuclear con Jordania. Ese acuerdo firmado por el canciller Jorge Taiana durante la Asamblea General de la ONU permitiría que la empresa Invap pueda venderle un reactor nuclear a ese país de Medio Oriente. Otro antecedente que sí involucra a Africa es el preacuerdo suscripto por el ministro Julio De Vido para comprarle gas a Egipto a cambio de que el gobierno egipcio importe tecnología argentina que permita adaptar los taxis y colectivos de El Cairo al combustible GNC.

Apenas llegó a Margarita, CFK se dirigió al tercer piso del Hotel Hesperia, cuyas instalaciones dan a la playa Puerto Viejo. Allí se preparó para volver a encontrarse con viejos conocidos: aparte de los buenos amigos de esta parte de América, también asistirá a la cumbre el presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema, con quien mantuvo un contrapunto mediático en el propio Salón Blanco de la Casa Rosada. Allí, CFK le pidió a su visitante que aceptara que viajaran a su país “veedores” argentinos para garantizar la transparencia de las elecciones.

No fue ése el único incidente protagonizado por la mandataria en relación con un país africano. A principios de este año, con motivo de la segunda cumbre de países árabes y América del Sur, CFK no quiso participar de la foto oficial en repudio al mandatario de Sudán, Omar al Bashir, a quien la Corte Penal Internacional de La Haya había condenado por crímenes de lesa humanidad. ¿Estará Al Bashir entre los asistentes a esta cumbre en Margarita? Otra de las incógnitas que se revelarán hoy al mediodía.

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26/09/2009 Posted by | General, Politica Internacional, Politica Latinoamerica, Uncategorized | , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , | 1 comentario

EL RELATOR DE LA ONU PARA LA LIBERTAD DE EXPRESION, FRANK LA RUE, A FAVOR DEL PROYECTO DE LEY DE RADIODIFUSION


15-07-09

“Es lo más avanzado que he visto en el continente”

El funcionario guatemalteco llegó ayer al país y se reunió con Cristina Kirchner. Se muestra ampliamente a favor del proyecto oficial sobre medios y considera inaceptable que aún se mantenga una ley de radiodifusión de la dictadura.

Por Martín Piqué

El guatemalteco Frank La Rue es relator de las Naciones Unidas en materia de Promoción y Protección de la Libertad de Expresión. Desde que aterrizó en Ezeiza, su agenda no paró de sumar compromisos. Ayer se entrevistó con la Presidenta y hoy lo hará con los legisladores que integran la Comisión de Comunicaciones de ambas cámaras del Congreso. La Rue está interesado en impulsar el debate por el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El guatemalteco leyó el libro de tapas azules que contiene el texto que pretende democratizar el mapa de medios: la famosa ley comparada que redactaron el interventor del Comfer, Gabriel Mariotto; el vicedecano de Facultad de Ciencias Sociales, Damián Loreti, y equipo. La Rue elogia el contenido del proyecto. “Es lo más avanzado que he visto en el continente y en el mundo en cuanto a telecomunicaciones, que aquí le llaman difusión de servicios de comunicación audiovisual”, dice en la entrevista con Página/12.

Abogado y periodista, exiliado en Washington entre 1981 y 1993, La Rue regresó a su país para denunciar el genocidio que se había producido en la tierra multicultural de los mayas: décadas de guerra antinsurgente habían dejado 45 mil desaparecidos. En esos años La Rue trabajó junto a Rigoberta Menchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz. El propio La Rue fue postulado para esa distinción por su labor en la denuncia y la investigación del terrorismo de Estado. Entre 2004 y 2007, por decisión del mandatario guatemalteco Oscar Berger, fue designado comisionado presidencial en Derechos Humanos. Un año más tarde, el 18 de junio de 2008, las Naciones Unidas lo nombraba relator en libertad de expresión.

Su trabajo consiste en redactar un informe anual sobre la situación de la libertad de expresión en el mundo, recibir las denuncias sobre violaciones a ese derecho y hacer observaciones a los gobiernos. Con esa función ya hizo visitas a Nepal y Hungría, y tiene programada una gira por Africa. “Pero sobre todo viajo por América latina, que es mi continente”, cuenta. Apenas llegado a Buenos Aires, se encontró con un inesperado comité de bienvenida. Según una nota publicada ayer, varias entidades empresariales de la comunicación, al igual que legisladores de la oposición, habían expresado sus dudas porque La Rue había sido invitado por la Cancillería. La Rue fue invitado por el Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la Cancillería, que coordina Oscar Laborde.

–Un diario publicó que su llegada generaba interrogantes en entidades empresariales y que la relatoría de Libertad de Expresión la ONU debe analizar las violaciones a los derechos humanos cometidas por los gobiernos de manera autónoma. ¿Se va a reunir con esas entidades?

–La libertad de expresión es un derecho individual y un derecho colectivo. Es un derecho de personas y de los pueblos. Un derecho de todos, cualquiera sea su posición ideológica y su posición social. Estoy muy interesado en reunirme con todos. Por supuesto que tengo interés en reunirme con los medios más grandes, y con los propietarios de los medios o sus directores. De hecho ya tengo programada una reunión para mañana (por hoy), lo cual me alegra. Yo he sido criticado por algunos países, absurdamente, por tener un enfoque proactivo. Me dijeron que pusiera el acento en las limitaciones a la libertad de expresión. Y yo dije que mi prioridad es fortalecer el ejercicio del derecho a la libertad. Hay países donde los medios están absolutamente monopolizados, eso es inaceptable y hay que combatirlo. En segundo lugar, hay que generar mecanismos alternativos para que los sectores sociales que nunca han tenido acceso a la comunicación los tengan. A los propietarios de los medios les cuesta entender que la libertad de expresión implica pluralismo. Es uno de los principios doctrinales de los derechos humanos. La libertad de expresión implica pluralismo, y el pluralismo implica combatir los monopolios. Y me hubiera gustado que Clarín me diera el derecho a réplica.

–¿La concentración mediática afecta la calidad de la democracia?

–Absolutamente. A mayor comunicación y libertad de expresión, mayor democracia. A mayor concentración, menos pluralismo y diversidad, menos democracia. Hay que validar algunos criterios. Uno es el pluralismo y la diversidad, no permitir monopolios, otro es también la accesibilidad. Yo creo que todos los sectores tienen que tener acceso a expresar su opinión. Por eso le insisto a todo el mundo que la relatoría es sobre la libertad de opinión y expresión. Opinión no es sólo información. Opinión implica tener medios para expresarse. Hay que revisar nuestras concepciones. Los medios pequeños, comunitarios, pobres, son tan importantes como los grandes medios para que cualquier pueblo formule su propia opinión y llegue a su propias conclusiones. Lo que esta relatoría ataca son los mecanismos de censura. Mecanismos de censura oficial, que no son aceptables en ninguna parte del mundo. Pero la relatoría va más allá. Su función no es sólo romper con los mecanismos de censura. También es promover el pluralismo temático e idiomático. Yo vengo de un país multicultural y multilingüe, donde queremos que los idiomas indígenas mayas también sean conocidos y tengan posibilidad de difundirse.

–Uno de los puntos centrales del proyecto es dividir el espectro de medios audiovisuales en tres partes iguales, el 33 por ciento para los medios privados con fines de lucro, el 33 por ciento para el Estado en sus distintos estamentos y 33 por ciento para las organizaciones comunitarias. ¿Qué opinión le merece ese principio?

–Este proyecto de ley sigue los principios clásicos de la libertad de expresión y de las relatorías. Hay cuatro relatorías en el mundo. La de las Naciones Unidas, la de la OEA, la de Europa y la de Africa. Y las cuatro relatorías han coincidido históricamente en la necesidad de diferenciar los tres segmentos de comunicación comercial, comunitaria y pública estatal. Este proyecto de ley lo que está haciendo es traducir la doctrina de derechos humanos a una ley, a una guía. Y me parece muy bien. También me parece importante mencionar que las telecomunicaciones públicas, oficiales, deben ser independientes. Ese es parte del principio. Siempre hemos puesto como ejemplo a la BBC o Radio Nederlands, que son estatales, financiadas por el Estado y de la mejor calidad pero absolutamente independientes. Pero en lo que contribuye el proyecto de la presidenta Kirchner es en dividir en 33 por ciento cada segmento. Yo mismo nunca me he atrevido a dar recomendaciones tan específicas porque eso lo debe ver cada país. En nuestros países hay una sobresaturación de frecuencias, por corrupción y por mal manejo, y el espectro de radio y televisión están en desorden. Un historiador me decía que si revisáramos las grandes concesiones radiales o televisivas en América latina veríamos que todas estuvieron vinculadas a las dictaduras militares.

–La ley de Radiodifusión vigente en la Argentina, la 22.285, fue inspirada por la Doctrina de Seguridad Nacional.

–Exactamente. La ley de Argentina viene de la dictadura, por eso me parece extraño que haya quienes digan “no, que las cosas se queden como están y dejemos esa ley”. Nunca ningún país con dignidad democrática puede permitir que leyes de la dictadura permanezcan. Es urgente cambiarlas en todo el continente pero especialmente en la Argentina. Además, se la está intentando cambiar de una forma democrática.

-Uno de los ejes del nuevo proyecto es la actividad de la televisión por cable. Hasta ahora en la Argentina el cable es considerado un servicio complementario, no un servicio básico de la comunicación. ¿Este proyecto debería legislar sobre la televisión por cable?

–Un proyecto de ley tiene que legislar sobre todo lo que tenga que ver con comunicación de materiales audiovisuales. Le cuento la ironía de las ironías. En mi país, Guatemala, la televisión abierta, que cubre el 90 por ciento de la población, es un monopolio. Un monopolio extranjero. Sin embargo, la televisión por cable se volvió un medio comunitario. Todos los pequeños municipios del país, incluyendo los municipios indígenas, tienen un canal de cable local, municipal. La televisión por cable puede ser comunitaria, como cualquier otro medio. Por consiguiente, debe ser regulada. Lo que pasa es que siempre va a haber alguien que proteste, cuando los intereses económicos, especialmente monopólicos, son afectados. Pienso que ésta es la obligación de todo Estado.

–Usted dice que la Argentina puede convertirse en un caso testigo de democratización del mapa de medios en América latina. Pero el Gobierno no hizo una buena elección. ¿No teme que finalmente el proyecto no sea aprobado y el fracaso se termine convirtiendo en un caso testigo, pero por la negativa?

–Bueno, yo mañana (por hoy) me reúno con las dos comisiones de Comunicación del Congreso. Y pienso insistirles con el tema. Voy a pedirles conciencia. Convertir este proyecto en ley sería una muestra de la madurez política de Argentina por parte del Congreso. Nadie debe quedarse afuera de esta experiencia. Además, no entendería cuáles podrían ser las razones, en un país que goza desde hace veinte años de democracia, de querer mantener una ley de la dictadura.

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28/08/2009 Posted by | General, Politica Latinoamerica, Sociedad y Cultura, Uncategorized | , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

El sueño indestructible de un mundo mejor


25-07-2009

Alain Gresh

Le Monde diplomatique

Traducido para Rebelión por Caty R.

El fondo del aire es rojo (1). Durante dos decenios, desde las sierras de América Latina a los arrozales de Asia, pasando por las montañas del norte de África, el mismo huracán parecía llevarse el viejo orden colonial y la dominación económica del Norte. En 1956, con una carcajada épica, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser anunciaba la nacionalización de la Compañía del Canal de Suez. En Los Aures (montes del este del Atlas, N. de T.), los independentistas argelinos se levantaban para acabar con el estatuto de «departamento francés» impuesto a Argelia. Después de su triunfo en La Habana, Ernesto Che Guevara, el «guerrillero heroico», partía hacia otros combates antiimperialistas, del Congo a Bolivia. En Indochina, el pueblo vietnamita resistía a los bombardeos masivos del «bastión del mundo libre». En las lejanas montañas de Dhofar de la península Arábiga, los insurgentes liberaban a las tribus y a las mujeres de una opresión milenaria bajo la bandera del marxismo-leninismo.

En el mismo corazón de Europa y Estados Unidos, estudiantes y obreros se rebelaban contra el viejo mundo en nombre de un socialismo renovado. Reunidos en 1973 en Argel, los líderes de los países no alineados anunciaban su voluntad de instaurar un «nuevo orden económico internacional» basado en la recuperación de sus riquezas naturales, y los Estados petroleros daban ejemplo con la nacionalización del oro negro. «The times they are A-changin» (Los tiempos están cambiando), cantaba Bob Dylan…

La percepción de las elecciones como un instrumento de dominación

Apuntalados por el apoyo de la URSS, esos movimientos, muy diferentes entre sí, también denunciaban la burocratización del poder en Moscú, su escasa militancia o su elección de la «coexistencia pacífica» con Washington que asimilaban a la defensa del statu quo. Sin embargo, más allá de su diversidad, todos se proclamaban revolucionarios. Querían derrocar el viejo orden social, interno e internacional, por todos los medios, incluida la violencia armada o el golpe de Estado. Se despreciaban las «democracias burguesas» y las elecciones se percibían como una herramienta de dominación de los opresores.

Nadie ha expresado mejor la esencia de esa época que Jean-Paul Sartre. En su famoso prólogo de 1961 (2) del libro de Frantz Fanon Los condenados de la tierra, escribía que la violencia del colonizado «No es una absurda tempestad ni la resurrección de instintos salvajes, ni siquiera un efecto del resentimiento: es el propio hombre que se recompone (…). El colonizado se cura de la neurosis colonial expulsando al colono por las armas». Y el filósofo añadía que ese «hijo de la violencia» saca «en ella a cada momento su humanidad: nosotros nos hicimos hombres a su costa, él se hace hombre a costa nuestra. Otro hombre mejor».

Veinte, treinta años después, ese discurso se volvió inaudible, la más mínima esperanza de un cambio del orden social se resumía como una voluntad totalitaria, el ideal de igualdad se identificaba con el archipiélago Gulag. Por todas partes asistimos al triunfo del dinero y el individualismo. Estamos «condenados a vivir, según la expresión del historiador francés François Furet, en el mundo en el que vivimos», a no soñar más con los Lendemains qui chantent («mañanas que cantan», título de la autobiografía de Gabriel Péri, héroe de la resistencia francesa fusilado por los alemanes, N. de T.). Y si nos asalta la mala conciencia por la miseria que persiste, podemos unirnos a los paladines del humanitarismo dispuestos a aliviar a las víctimas de las catástrofes, de las guerras, de las dictaduras, como las señoras caritativas de antaño que consolaban a los pobres manteniéndolos siempre al resguardo de la propaganda de los «rojos». Los Médicos sin Fronteras han reemplazado a las Brigadas Internacionales, la caridad ha sustituido a la solidaridad. En cuanto a la utilización de la violencia, está totalmente desacreditada, reducida al terrorismo; sólo la violencia estatal de Occidente conserva su legitimidad.

¿Cómo es posible que semejante revolución –mejor dicho, contrarrevolución- haya sido posible en un lapso de tiempo tan corto? Han contribuido varios factores. Lejos de salir totalmente debilitado por su derrota en Indochina, Estados Unidos consiguió una recuperación tanto más espectacular porque la Unión Soviética se hundía en un interminable estancamiento político, cultural e ideológico, del que da testimonio, en 1968, el aplastamiento de «La Primavera de Praga» y de la esperanza de «un socialismo con rostro humano». Con una batalla en todos los frentes, Washington consiguió imponer un orden económico difundido por las instituciones financieras mundiales, desacreditar el «modelo socialista», agotar a la URSS en los dudosos combates en Afganistán o en la carrera armamentista, y asegurarse la colaboración de las nuevas élites surgidas de la lucha anticolonial.

Pero esta contrarrevolución también nació de un desencanto proporcional a las esperanzas mesiánicas del nacimiento del «hombre nuevo» que Sartre había deseado. Ciertamente Fanon, entre otros, había dado la voz de alarma sobre el riesgo de la usurpación de la revolución y denunció a los que cubrían sus pieles negras con máscaras blancas. Pero la realidad superó sus peores pesadillas. Las élites que se habían declarado dentro del «socialismo científico», desde Etiopía a Angola pasando por Congo Brazzaville, se reclasificaron sin remordimientos junto al orden liberal y capitalista. Por todas partes se crearon nuevas clases, a veces tan rapaces como los antiguos colonos.

En el terreno político, el descrédito de la «democracia burguesa» desembocó en una democracia que de popular sólo tenía el nombre y cuya única «justificación» era el probado carácter dictatorial de los países aliados de Occidente, desde Indonesia al Zaire. La larga lucha armada no sólo no desembocó en la derrota del enemigo –y de sus numerosos aliados de los sectores coloniales cultos-. Además contribuyó a silenciar todas las voces disidentes: cualquier crítica se asimilaba a la traición en tiempos de guerra.

En Argelia, el Frente de Liberación Nacional (FLN) procedió a la eliminación no sólo de las fuerzas exteriores, sino también de todos los opositores internos, incluso de la organización. Esos métodos autoritarios se prolongaron mucho más allá de la independencia. En América Latina, la instauración de salvajes dictaduras militares en los años 70 demostró que la «democracia burguesa» y las «libertades formales» también tenían algunas ventajas, lo que ya sospechaban los pueblos de la Europa del Este.

La desaparición de la URSS y el «campo socialista», el triunfo del liberalismo, la dominación exclusiva del Norte sobre el orden internacional, el recurso a las elecciones más o menos libres, desde Europa del Este a América Latina pasando por África, parecían inaugurar una nueva era. Los Objetivos del Milenio para el Desarrollo, adoptados por las Naciones Unidas en el año 2000, manifestaban una promesa de reducción de la pobreza, de ampliación del acceso a la educación y la sanidad, de igualdad de los sexos.

En ese contexto nuevo, las fuerzas revolucionarias debieron revisar sus discursos, sus estrategias y sus prácticas. Puesto que la mitología de la lucha armada («Crear dos, tres… numerosos Vietnam», lanzó el Che Guevara) revelaba también un romanticismo abstracto. Sólo después de múltiples debates internos, el Partido de los Trabajadores vietnamitas en Hanoi decidió, a finales de 1963, responder por la vía militar, en el sur del país, a la escalada estadounidense, consciente del precio que debería pagar su pueblo por aquella elección (3).

Al reflexionar sobre la experiencia pasada, Nelson Mandela aceptó entablar un diálogo con el poder en Sudáfrica y favorecer un compromiso que garantizase suficientemente los derechos de los blancos para evitar el éxodo que habían conocido Angola, Mozambique e igualmente, aunque en condiciones muy distintas, Argelia –y también para responder a las exigencias de las potencias occidentales que acaparaban totalmente el escenario económico a principios de los años 90-. Ese acuerdo tenía un precio: la lucha contra las profundas desigualdades sociales, que afectan en primer lugar a los negros, pasó a un segundo plano.

El subcomandante Marcos, en Chiapas, criticó la apología de la «violencia revolucionaria» que había dominado en los años 70: «Nosotros no queremos imponer nuestras soluciones por la fuerza, queremos la creación de un espacio democrático. Contemplamos las luchas armadas no en el sentido clásico de las guerrillas anteriores, es decir, como única vía y única verdad todopoderosa alrededor de la cual todo se organiza. Lo que es decisivo en una guerra no es el enfrentamiento militar sino la política que está en juego en ese enfrentamiento. No fuimos a la guerra para matar o que nos maten. Fuimos a la guerra para que nos escuchen (4)». Pero la revolución zapatista todavía sigue más en un estado potencial que de realidad.

Por otra parte, las luchas armadas se extinguieron con el fin de la Guerra Fría, bien sea en Centroamérica o en Irlanda del Norte. Incluso en Palestina, los Acuerdos de Oslo de 1993 parecían abrir por fin el camino de la paz. Permanecieron algunos residuos en Sri Lanka o en el País Vasco español, «modelos» muy poco atractivos para la mayoría de las fuerzas revolucionarias.

Sin embargo, todas las ilusiones sobre el «fin de la historia», la extinción de las desigualdades y la miseria, el nuevo orden mundial internacional, se borraron ante el fracaso de los políticos liberales y las aventuradas estrategias de Estados Unidos. La afirmación de China y la India en el escenario internacional abrió márgenes de maniobra a los países del Sur. De nuevo se plantea el problema del «cambio» del orden social interno y del orden político internacional, incluso si éste ya no lleva el nombre de «socialismo científico», sino una mezcla explosiva de esperanzas milenarias, de afirmaciones de nacionalismos culturales y políticos, de un nacionalismo cultural y político, de igualitarismo basado en las tradiciones indígenas o religiosas.

El descrédito golpea a la violencia armada

América Latina, que ha padecido durante muchos años la «medicina» liberal, ha inaugurado esta nueva etapa con la llegada al poder de movimientos decididos a transformar profundamente la situación y dar pan a los más pobres y a los excluidos, en primer lugar a los indios. Y el enfrentamiento directo con los poderes establecidos se hace respetando el veredicto de las urnas. La violencia armada ya no está en el orden del día.

En Oriente Próximo se trata menos del cuestionamiento del orden social que de la intervención militar extranjera, en primer lugar la de Washington. La lucha armada, que a menudo se lleva a cabo en nombre del Islam, bien sea por Hamás o por Hezbolá, y ampliamente apoyada por las opiniones públicas, tiene éxito. En cambio Al Qaeda, red internacional sin implantación local, sólo debe su relativa popularidad a su capacidad de «llevar el golpe» a Estados Unidos. En Asia, finalmente, la protesta por las desigualdades se combina, a veces de manera contradictoria, con una capacidad de los gobernantes de movilizar a sus opiniones en torno a la defensa de una soberanía escarnecida durante mucho tiempo y a un nuevo cuestionamiento del orden internacional.

Más allá de la diversidad de las situaciones, está claro que el período de «estabilidad» que prevaleció durante los 90 y principios de los años 2000 se acaba. Es difícil saber hacia qué revoluciones nos dirigimos; pero, a pesar de todo, el sueño de un mundo mejor, un sueño tan antiguo como la humanidad, pero cuyos contornos son profundamente diferentes a los de los años 60, está de vuelta…

(1) Chris Marker, Le fond de l’air est rouge, documental, 240 minutos, 1977.

(2) Revisión de Jean-Paul Sartre, Situations V. Colonialisme et néo-colonialisme, Gallimard, París, 1964.

(3) William J. Duiker, Ho Chi Minh A Life, Hyperion, Nueva York, 2001, especialmente la página 534 y siguientes.

(4) «Entrevista a Marcos» por los enviados de La Jornada, 4-7 de febrero de 1994. http://palabra.ezln.org.mx/

Texto original en francés:

http://www.monde-diplomatique.fr/2009/05/GRESH/17059

25/07/2009 Posted by | General, Historia, Politica Internacional, Politica Latinoamerica, Reflexiones, Uncategorized | , , , , , , , , , , | Deja un comentario