La barbarie infinita – Atilio A. Boron
La barbarie infinita
Por Atilio A. Boron
¿Qué está sucediendo en Gaza? El gobierno de Israel, un estado que somete a un injusto, cruel e inhumano bloqueo a un diminuto territorio palestino a orillas del Mediterráneo, decidió aplicar un escarmiento ejemplar por el asesinato de tres jóvenes colonos judíos presuntamente perpetrado por Hamas. Sin pruebas mínimamente convincentes y en medio de una sospechosa operación policial, Jerusalén acusó a esa organización de lo ocurrido con el propósito –como lo reconociera días atrás un apologista de Israel dentro de EE.UU., Zbigniew Brzezinski– de “agitar a la opinión pública en Israel para que justifique su ataque a Gaza”. Y eso fue lo que ocurrió: niños, ancianos, mujeres y hombres caen bajo el fuego de su metralla. Para Netanyahu y su gavilla en Gaza todos son terroristas, más allá de sus apariencias. Uno de los jerarcas de la dictadura genocida en la Argentina, Ibérico Saint Jean, dijo que “primero vamos a matar a todos los subversivos, después a sus colaboradores; después a los indiferentes y por último a los tímidos”. El gobierno israelí invirtió esa secuencia y comenzó por la población civil, gente cuyo único crimen era vivir en Gaza, y cometió un delito al aplicar una penalidad colectiva para un crimen perpetrado por algunos individuos. Después de este brutal y aleccionador escarmiento invadieron Gaza para aniquilar a los terroristas y sus colaboradores. Israel sabe que el rudimentario y escaso armamento de Hamas apenas podía ocasionarle daños de alguna significación. Sus amenazas de destruir al Estado de Israel son bravuconadas que no se corresponden ni remotamente con su poder efectivo de fuego. Pero son muy útiles en la guerra psicológica: sirven para aterrorizar a la población israelí y así obtener su consentimiento para el genocidio y la ocupación de los territorios palestinos. Y también para que Estados Unidos y los países europeos aporten todo tipo de armamentos y amparen políticamente al régimen. Justamente en estos días Israel solicitó a Wa-shington la entrega de 225 millones de dólares adicionales para financiar la producción de componentes de su escudo antimisiles, conocido como “Cúpula de Hierro”. El secretario de Defensa de EE.UU. remitió un mensaje al Senado y a la Cámara de Representantes urgiendo la rápida aprobación de la petición israelí. Si fuese aprobada la ayuda de EE.UU. para estos propósitos ascendería, sólo en 2014, a 500 millones de dólares. La ayuda militar, de cualquier fuente, que recibe Hamas es cero. La desproporción de fuerzas es tan flagrante que hablar de una “guerra” es una broma macabra. Lo dijo Marco Aurelio García, asesor especial de la presidenta Dilma Rousseff: “Lo que estamos viendo en Medio Oriente, por el amor de Dios, es un genocidio, es una masacre”.
Y es así porque Gaza no tiene ejército, no se le ha permitido que lo tenga. Israel tiene uno de los mejores del mundo, pertrechado con la más sofisticada tecnología bélica que le proporcionan Washington y las viejas potencias coloniales europeas. Gaza tampoco tiene una aviación para vigilar su espacio aéreo o una flota que custodie su mar y sus playas. Los drones y helicópteros israelíes sobrevuelan Gaza sin temor y disparan sus misiles sin preocuparse por el fuego enemigo, porque no hay fuego enemigo. Las nuevas tecnologías bélicas le han permitido “perfeccionar” lo que hizo Hitler en Guernica. En su furia asesina han bombardeado casas, escuelas, hospitales, recintos de la ONU. Sus poderosos aliados (cómplices de sus crímenes) convalidan cualquier atrocidad. Ya lo hicieron antes, y no sólo con Israel, y lo harán cuantas veces sea necesario. Su mala conciencia juega a favor de este plan genocida: callaron desvergonzadamente durante la Shoá perpetrada por Hitler ante la vista y paciencia de todo el mundo, desde el papa Pío XII hasta Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill. Callarán también ante el genocidio que metódica y periódicamente se está consumando en Gaza, porque matar palestinos a mansalva es eso: un genocidio. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional estableció en 1998 que “se entenderá por ‘genocidio’ cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”. El gobierno israelí incurre en los tres componentes de la definición. El problema para el Estado de Israel, al menos en su actual conformación, es que rara vez el genocidio ha sido un camino hacia la victoria. Hitler asesinó a seis millones de judíos en los hornos crematorios y terminó aplastado por sus enemigos. ¿Por qué pensar que este genocidio tendrá un resultado diferente? Es tal vez por eso que en la entrevista ya mencionada Brzezinski afirmó que con sus políticas Netanyahu “está aislando a Israel y poniendo en peligro su futuro en el largo plazo”.
Afortunadamente, dentro de Israel hay sectores que reprueban con durísimos términos la conducta seguida en Gaza: un grupo denominado “Judíos contra el genocidio”, el Partido Comunista de Israel junto con el Frente Democrático por la Paz y la (Hadash) han condenado los crímenes perpetrados en Gaza y plantean, además, la legitimidad de la resistencia de cualquier territorio ocupado. Pero hay otros que predican la aniquilación de los palestinos, como Ayelet Shaked, la diputada que instó a las fuerzas de ocupación a matar a las madres palestinas porque engendran serpientes terroristas. Y desde el gobierno israelí se trabaja para fomentar la deshumanización del “otro” árabe. Los grandes medios de comunicación y las escuelas enseñan a los niños israelíes a odiar a sus indeseables vecinos, degradados a la condición de una raza despreciable. Para involucrarlos en el esfuerzo bélico se los invita a que escriban mensajes de muerte en los misiles que lanzan sus fuerzas armadas. Otros niños serán los que caerán muertos por esos proyectiles amorosamente dedicados por sus contrapartes israelíes.
Este comportamiento es un escupitajo a la gran tradición humanista del pueblo judío, que arranca con los profetas bíblicos, sigue con Moisés, Abraham, Jesucristo y pasa por Avicena, Maimónides, Baruch Spinoza, Sigmund Freud, Albert Einstein, Martin Buber hasta llegar a Erich Fromm, Claude Lévi-Strauss, Hannah Arendt y Noam Chomsky. O con extraordinarios judíos que enriquecieron el acervo cultural de la Argentina como León Rozitchner, Juan Gelman, Alberto Szpunberg y Daniel Barenboim, entre tantos otros que sería muy largo nombrar aquí. La traición a los grandes ideales que el judaísmo aportó a la humanidad no será gratuita. Con su criminal cobardía, con sus delitos de lesa humanidad, con sus prácticas propias del “terrorismo de Estado”, con la violación de la legalidad internacional (desacatando la resolución Nº 242, de noviembre de 1967, del Consejo de Seguridad de la ONU, que por unanimidad exige que Israel se retire de los territorios ocupados durante la Guerra de los Seis Días de 1967), las autoridades israelíes están infligiendo un durísimo golpe a la sustentabilidad a largo plazo del estado de Israel. Su aislamiento en la Asamblea General de la ONU es patético, ejemplificado por su sistemático y solitario acompañamiento a los Estados Unidos en las votaciones sobre el bloqueo impuesto a Cuba. Incluso sus más incondicionales amigos, como Mario Vargas Llosa, no ahorran críticas: después de visitar Gaza en 2005 dijo en el diario español El País: “Nadie me lo ha contado, no soy víctima de ningún prejuicio contra Israel, un país que siempre defendí … lo he visto con mis propios ojos. Y me he sentido asqueado y sublevado por la miseria atroz, indescriptible, en que languidecen, sin trabajo, sin futuro, sin espacio vital, en las cuevas estrechas e inmundas de los campos de refugiados o en esas ciudades atestadas y cubiertas por las basuras, donde se pasean las ratas a la vista y paciencia de los transeúntes, esas familias palestinas condenadas sólo a vegetar, a esperar que la muerte venga a poner fin a esa existencia sin esperanza, de absoluta inhumanidad, que es la suya. Son esos pobres infelices, niños y viejos y jóvenes, privados ya de todo lo que hace humana la vida, condenados a una agonía tan injusta y tan larval como la de los judíos en los guetos de la Europa nazi, los que ahora están siendo masacrados por los cazas y los tanques de Israel, sin que ello sirva para acercar un milímetro la ansiada paz”.
Parece poco probable que la infernal maquinaria bélica israelí pueda hacer un alto y reflexionar sobre el significado de esta traición a los ideales del humanismo judío. Un enfermizo racismo se ha apoderado de los círculos dominantes en la sociedad israelí que le inhibe reaccionar ante las monstruosidades perpetradas en contra de los palestinos en Gaza o ante la construcción de un ignominioso muro en Cisjordania, o ante la perpetuación y profundización de las políticas de usurpación y despojo colonial. Los horrores padecidos bajo el nazismo parecerían ser suficientes para justificar lo que es a todas luces injustificable e imperdonable. ¿Será así? Pero, en caso afirmativo, la cuestión es: ¿por cuánto tiempo? Pregunta pertinente si se recuerda el dictum de John Quincy Adams, sexto presidente de EE.UU. cuando dijo que “Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”, una frase repetida hasta el cansancio por otro criminal de guerra, Henry Kissinger. Sería bueno que las autoridades israelíes, que dan por descontado un apoyo indefinido de Wa-shington a sus políticas, meditaran sobre este asunto.
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PEDRO BRIEGER ANALIZA LA CRISIS SIRIA
SIRIA: GEOPOLÌTICA Y EXCUSAS DEL IMPERIO
El analista internacional Pedro Brieger, académico y periodista argentino, nos acerca a la realidad de un conflicto que es parte de un juego geopolítico de los Estados Unidos en su carrera por la supremacía mundial. Según el sociólogo, el gobierno de Obama intenta equiparar, a través de una campaña mediática, a Bashar al Assad con Hitler, para justificar su caída.
PUBLICADO hace 14 horas
Cuando aún no se han presentado pruebas que incriminen al gobierno sirio por el presunto uso de armas químicas en los ataques a la población, Estados Unidos ha anunciado que persiste en su intención de bombardear a Bashar al Assad, ignorando que la Organización de Naciones Unidas no se ha expedido. Desde Rusia, el presidente Vladimir Putin emplazó a Washington a exponer ante el Consejo de Seguridad de la ONU las presuntas pruebas contra Siria para que sean analizadas y que sean tomadas las acciones correspondientes por el único órgano internacional con facultades para dirimir en estos casos.
El secretario de Estado del Gobierno de Obama, John Kerry, sostuvo sus imputaciones basándose en “comunicaciones interceptadas entre funcionarios sirios de alto nivel” y en la presunta observación de “personal militar moviéndose por Damasco”. Hasta el momento no hay información, tampoco, de los expertos de naciones unidas que fueron al país árabe a investigar sobre la utilización de armas químicas y su procedencia.
Ante esta ofensiva de Estados Unidos, el analista internacional Pedro Brieger, columnista del periodístico Visión 7, de Argentina, señaló que éste no es otra cosa que un juego geopolítico en que el gobierno de Obama tiene como objetivo principal a Irán, y que utiliza el caso Siria para incidir sobre el gobierno de Teherán.
Brieger conversó en la mañana de La 30 sobre este conflicto y el papel del “imperio” que, según el estudioso, necesita mostrar su poder.
Este martes los radares rusos detectaron el lanzamiento de dos misiles en el Mediterráneo Oriental, cerca de a Siria. Según informó el ministerio de Defensa israelí a la agencia oficial RIA-Nóvosti, esta acción correspondería a un ensayo militar conjunto efectuado entre EE UU e Israel. “Los lanzamientos fueron efectuados en el marco de los ensayos conjuntos con Estados Unidos. Los misiles fueron lanzados desde el mar Mediterráneo y fueron exitosamente seguidos por los radares en territorio de Israel”, señaló la fuente. Según Israel los misiles se usan como blancos para verificar la capacidad del sistema de defensa antimisiles.
Con respecto a la posición de Rusia, el sociólogo argentino analizó que los intereses del petróleo son el fundamental causante de la situación de la región.
En dialogo con `El Tiempo No Para` Brieger señaló que existe una campaña a nivel mediático en Occidente que pretende poner a Bashar al Assad a la altura de Hitler para justificar su asesinato.
CARAS & CARETAS ONLINE
El acuerdo – Luis Bruschtein
16–02–2013 / Al igual que el atentado, las tramas de encubrimiento y complicidad en el caso AMIA nunca fueron develadas. Quizás en esos trasfondos haya más explicaciones a tanta incertidumbre sobre un hecho tan ominoso.
Un atentado tremendo, que implicó la adquisición y el acopio de gran cantidad de explosivo, más inteligencia, más infraestructura, lo que implica la participación de numerosas personas, y nadie sabe nada.
Y después, la trama del encubrimiento. El ocultamiento o la alteración de pruebas y la forma en que se desperdiciaron los primeros momentos posteriores al atentado también tienen sus propios significados. No fue un atentado más.
En el caso AMIA se conjugaron factores ocultos, que se sumaron a la lógica pura del terrorismo. Y si además faltaba algo, con el tiempo, la investigación del atentado quedó en el centro del conflicto más inflamable del planeta.
Con mucho respaldo político, la investigación del fiscal Alberto Nisman se introdujo en esa jungla llena de trampas e intereses, y obtuvo resultados que llevaron a una fuerte controversia del gobierno argentino con el de Irán.
Este proceso configuró una política que se fue desarrollando durante los gobiernos kirchneristas y durante varios años, casi desde el principio del gobierno de Néstor Kirchner.
Después de los desastres del menemismo, ni los integrantes de la Alianza ni el duhaldismo habían mostrado decisión o interés para meterse en ese embrollo.
Pero la investigación se estancó en 2007. El conflicto con Irán es por la investigación que respaldó este gobierno y no los anteriores.
Y lo que importa, en todo caso, no es el conflicto con Irán (que es una consecuencia), sino la investigación del atentado (que es la causa). Tras haber logrado un impulso inicial, la causa quedó bloqueada por varios años. El paso que faltaba era llegar a los sospechosos iraníes.
Es probable que el interrogatorio a los iraníes sospechados por el atentado a la AMIA no vaya a dilucidar la trama que llevó al bombazo, y seguramente lo primero que harán los interrogados será declarar su inocencia.
También es lo que han hecho casi en su totalidad los represores argentinos cuando fueron juzgados.
Aun así, esos interrogatorios son tan necesarios para el trámite de la causa como los que se realizaron a los acusados de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
Otro conflicto se abrió –ahora con el gobierno derechista israelí–, cuando el gobierno argentino buscó la vía diplomática para desbloquear la causa y poder interrogar a los sospechosos del atentado.
El gobierno local quedó así ensanguchado entre el gobierno conservador integrista de Irán y el gobierno conservador integrista de Israel.
Irán dice que la voladura de la AMIA fue un autoatentado israelí, e Israel sólo quiere argumentos para su contienda con Irán, con el agravante de que todo el planeta asiste a una escalada cada vez más peligrosa, al borde de una conflagración militar.
La Argentina, que está más involucrada en procesos de integración pacífica con países que en décadas pasadas eran vistos como enemigos potenciales, no puede tener ningún interés en algún conflicto bélico aquí ni en ninguna otra parte.
En todo caso, su aporte tiene que ser por la paz. Entre la guerra y la paz, la paz no es el “lado” equivocado, como han dicho algunos. Seguramente hay una gran cantidad de iraníes y de israelíes a favor de la paz.
En este contexto, la causa judicial por los atentados en la AMIA, por un lado, y el debate geopolítico, por el otro, tienen que ser debates separados, aunque tengan tantos puntos de contacto. Y van por separado, porque el debate geopolítico debilita la causa judicial.
El objetivo es que se esclarezca el atentado y que sus responsables sean castigados por la Justicia.
Lo que quieran el gobierno iraní o el de Israel, y hasta incluso la posición que asuma en ese conflicto el gobierno argentino, va por otro carril.
Para desbloquear la causa se necesita interrogar a los sospechosos por el atentado, no por lo que piensan o por el país al que pertenecen sino por lo que están acusados de haber hecho.
Se busca a personas que cometieron un delito y no a personas que profesan determinada religión o son ciudadanos de determinado país. Si Irán quiere destruir a Israel, o viceversa, es una discusión importante, pero que no define la causa judicial por el atentado contra la AMIA.
Mantener la causa bloqueada, como sucedería sin el acuerdo con Irán para interrogar a estos sospechosos, la hubiera llevado a un limbo por tiempo indeterminado, una zona que derivaría finalmente en una condena genérica, básicamente política. Habría una condena a Irán que serviría para alimentar el conflicto, pero la causa moriría de inanición.
Se han dicho disparates como que este acuerdo proviene de una negociación impulsada hace más de dos años por Hugo Chávez, a través del presidente sirio, Hafez al Assad, con el gobierno argentino.
Es un escenario desaforado, típico de servicios de inteligencia de otras épocas.
Pero es cierto que la Cancillería argentina trató, que la causa judicial por el atentado a la AMIA no terminara en el centro de la disputa que mantienen Estados Unidos e Israel con Irán.
Tras presentar año tras año duras acusaciones contra los iraníes en los foros internacionales, el llamado del gobierno argentino a buscar vías diplomáticas para destrabar la causa constituyó también un gesto para diferenciar sus planteos de los cruces por el conflicto global con Irán en una escalada con final tan previsible como desastroso.
El gobierno iraní está en una encrucijada de tensión máxima con las grandes potencias occidentales y muy aislado.
En ese marco sería equivocado considerar el acuerdo como una alegre e indolora concesión a los reclamos argentinos, porque Irán necesita descomprimir sus relaciones exteriores y la Argentina juega un rol importante en el proceso político latinoamericano.
La intención de relacionar a Hugo Chávez con este tema tiene las mismas connotaciones reaccionarias del viejo macartismo que usaba suposiciones y chismografías.
El eje es esencialmente judicial y no geopolítico. Desde la oposición al acuerdo con Irán se plantea que éste constituye un cambio de la estrategia de alianzas geopolíticas.
Para los que piensan así, antes de este acuerdo, la Argentina jugaba del lado que busca una salida violenta a los diferendos con Irán.
Y, de repente, con el acuerdo por los interrogatorios a los sospechosos del atentado contra la AMIA, el gobierno argentino se habría pasado del otro lado, o sea del bando iraní, junto con Chávez o Hafez al Assad.
De tan elemental, esa mirada resulta pueril. Primero porque la Argentina ha mantenido una posición muy clara con respecto a la paz, tanto en relación con conflictos que le afectan directamente, como Malvinas, como con otros más lejanos, como el de Medio Oriente.
La Argentina nunca jugó por la guerra contra Irán. Es una equivocación pensar que Néstor Kirchner confrontaba duramente a los iraníes en la ONU para agradar al gobierno de los Estados Unidos.
Conociendo su carácter es más probable que fuera al revés, que tratara de utilizar la situación internacional como forma de presión para lograr que el gobierno iraní arrojara algo de luz sobre la causa judicial.
La sugerencia de que el acuerdo con Irán proviene de un supuesto realineamiento internacional se pudo leer entre líneas en todos los discursos contrarios al acuerdo. Las dudas legítimas sobre los alcances que podría tener, aun en las peores circunstancias, fueron todas respondidas sin dejar ninguna duda.
En ese aspecto, el debate de seis horas en el Senado fue interesante por las preguntas y por las respuestas. El mismo Luis Moreno Ocampo dijo que se trataba de una “oportunidad con riesgos sobre los que habría que estar atentos”. Es un balance sensato. La insistencia en el rechazo altisonante sugería que la preocupación se centraba en ese supuesto cambio de estrategia.
Y a los que piensan que la Argentina cambió de bando, en realidad no les interesa tanto la causa judicial. No les interesó antes en la medida en que creían que la causa era una mera herramienta para usarla a favor de la guerra.
Y ahora están enojados porque si el eje se mantiene en lo judicial, la causa no puede ser usada por los que buscan la guerra. Es decir, no les interesa la causa judicial sino la forma en que ésta tendría que ser usada.
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¿Quién frena el terrorismo israelí?
Marcos Roitman Rosenmann
Jóvenes judíos observan en Hebrón a palestinos que piden a Barack Obama detener el apoyo a Israel
Foto Ap
No son pocos los adjetivos usados por la prensa internacional para calificar el asalto de las fuerzas armadas de Israel a la “flotilla de la libertad
. Excepto algunos medios obcecados en seguir culpando a las víctimas, dando por buena la versión oficial del gobierno israelí, la opinión pública mundial condena y rechaza tan oprobioso acto. Otra cosa son las instituciones internacionales parapetadas bajo un lenguaje neutro donde se lavan las manos temiendo acusar a Israel de ser un Estado que practica como arma el terrorismo.
Israel lleva décadas traspasando la linea roja y violando los derechos humanos tanto en su territorio como en Gaza y Cisjordania. Sin embargo, con el asalto pirata, atacar barcos en aguas internacionales, abre un nuevo frente. Ahora no es cosa de justificar la violencia bajo la dicotomía de palestinos islamistas radicales pertenecientes a Al Qaeda. Los muertos y heridos son ciudadanos turcos y de otras nacionalidades. Ya no hay excusas. Nadie, en su sano juicio, comparte que la flota transportara armamentos para Hamas para ser usados contra la población israelí.
Salvo pruebas contundentes en contra, se sabe a ciencia cierta que la flotilla transportaba alimentos, medicinas y otros pertrechos a Gaza para hacer frente a un bloqueo inhumano. El bloqueo conlleva recortes en el servicio eléctrico, falta de agua, carencia de alimentos básicos y medicinas, falta de materiales de construcción, cemento y otros para edificar escuelas y rehabilitar sus casas tras los bombardeos del año 2009. Por esta razón la flotilla por la libertad
buscaba entregar la ayuda humanitaria a la población palestina. Podríamos decir que era un respiro en medio de un acoso y estrangulamiento al margen de todo el derecho internacional vigente. Una acción de coraje, valentía y dignidad. El abordaje en aguas internacionales debe interpretarse como parte de una estrategia militar de medio y largo plazo donde no se busca la paz ni reconocer un Estado palestino.
Mientras el lobby judío siga siendo determinante para acceder a la presidencia de Estados Unidos, Israel se siente protegido y actúa como si tuviese patente de corso. Tampoco debemos olvidar que Israel se considera, para la OTAN y Europa occidental, un aliado estratégico en la lucha antiterrorista contra Al Qaeda y el islamismo radical. Mientras sea esta la situación, se le permitirá seguir masacrando a la población palestina. Amparados en la deuda histórica del Holocausto, los muertos palestinos son considerados parte de la factura que el mundo tiene con Israel. Con este argumento, seguirá asesinando al pueblo palestino hasta su total exterminio. Es el holocausto al revés. La solución final se convierte en un argumento para quienes otrora fueron víctimas y hoy victimarios. Bajo su paraguas sionista, Israel practica genocidio, terrorismo y viola el derecho internacional.
Israel debe ser considerado un Estado terrorista, por dignidad y decencia. Y no es cosa de antisemitismo. Aquí no caben los argumentos de Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo, más bien debemos considerar la visión de Zigmunt Bauman en Modernidad y Holocausto. Si no estuviésemos hablando de Israel, estoy seguro que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hubiese condenado e impuesto sanciones políticas. Con ese gesto, la ONU facilita a Israel seguir con el exterminio del pueblo palestino. Si el abordaje en aguas internacionales se llega a producir en las cercanías de las costas somalíes estaríamos hablando de un secuestro y piratería, pidiendo explicaciones y enviando tropas para proteger los barcos en peligro. Tal vez ha llegado la hora de proceder en esta dirección. Los nuevos intentos de flotillas con ayuda humanitaria a Gaza deberían ser escoltadas por cascos azules de Naciones Unidas, única manera de evitar que la armada israelí cometa nuevamente actos de ignominia que avergüenzan y ponen en cuestión la condición humana.
Periódico La Jornada
Dialogando sobre la verdad y el poder
David Tresilian
Al Ahram Weekly
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
El Profesor Chomsky, conocido tanto por su trabajo profesional en lingüística y fisolofía como por sus escritos sobre cuestiones políticas y sociales, estuvo en París a finales de mayo por invitación de Le Monde Diplomatique y el Collège de France. Dividió sus participaciones entre el seminario académico organizado por Jacques Bouveresse, titular de la cátedra de Filosofía del Lenguaje y el Conocimiento del Collège de France, y una serie de entrevistas sobre cuestiones políticas que culminaron en un encuentro público organizado por Le Monde Diplomatique en el que el programa desarrollado por Chomsky sirvió para atestiguar el alcance de su trabajo y el respeto que se le profesa en Francia.
Nacido en 1928 y superados ya los ochenta años, el programa habría agotado a cualquier hombre que tuviera la mitad de sus años. Sin embargo, Chomsky parecía tomárselo todo con mucha calma mientras respondía a las preguntas de la audiencia en ambos eventos hasta bien entrada la noche, hablando ininterrumpidamente durante varias horas sobre la política exterior estadounidense y la situación de las regiones del mundo en cuyo estudio ha profundizado, como Latinoamérica, Oriente Medio y el Sureste Asiático.
Tanto en el seminario celebrado en el Collège de France, en el que se centró en cuestiones como la verdad y la racionalidad pública, siguiendo una tradición asociada con el filósofo inglés Bertrand Russel y el escritor George Orwell, transmitido de forma simultánea por la Red, como en el último encuentro público, se desbordaron las previsiones de asistencia, y los participantes, que en algunos casos habían viajado por toda Europa para estar presentes, recibieron la aparición de Chomsky con entusiasmo y afecto en ambas ocasiones.
En virtud de su más de medio siglo de activismo político y docenas de libros y artículos, entre ellos sus magníficos trabajos sobre “La Guerra de Vietnam, el Poder Estadounidense y los Nuevos Mandarines” (1969) y “Por razones de estado” (1973), sus trabajos sobre el lugar de los intelectuales en la vida de EEUU y el papel jugado por los medios: “Manufacturing Consent” (con Edward Herman, 1988), y sus trabajos especializados en Israel y Palestina: «Fateful Triangle: the United States, Israel and the Palestinians” (1983 & 1999), sobre el Oriente Medio: “Perilous Power: the Middle East and US Foreign Policy” (con Gilbert Achcar, 2007), y sobre la política exterior de EEUU: “Hegemonony or Survival: America’s Quest for Global Domination” (2003), Chomsky habló con autoridad sobre cuestiones contemporáneas, demostrando que su extraordinaria inteligencia y compromiso con el cambio social siguen más vivos que nunca.
En la semana en la que Chomsky estuvo en París vio la luz un nuevo libro suyo titulado “Hopes and Prospects”, en el que recopila artículos recientes sobre Latinoamérica, EEUU, Oriente Medio e Israel.
A pesar de su apretado programa, Noam Chomsky encontró tiempo para hablar con Al Ahram Weekly de sus puntos de vista sobre la situación actual en Oriente Medio y sobre la política estadounidense hacia Israel, Palestina y la región a nivel global. Fue un honor para el Weekly poder estar presente en esa entrevista, de la que a continuación se ofrece un resumen:
¿Podría pedirle una declaración sobre el ataque de Israel de esta semana contra la Flotilla de la Libertad cuando ésta se encontraba en aguas internacionales camino de Gaza?
Secuestrar barcos en aguas internacionales y matar pasajeros es, desde luego, un delito muy grave. Los editores del Guardian de Londres tienen razón cuando dicen: “Si un grupo armado de piratas somalíes hubiera abordado ayer a seis navíos en alta mar, matando al menos a diez pasajeros e hiriendo a muchos más, una fuerza de la OTAN estaría hoy dirigiéndose hacia la costa somalí”.
Merece la pena tener en cuenta que ese delito no es nada nuevo. Israel lleva decenios secuestrando barcos en aguas internacionales entre Chipre y Líbano, matando o secuestrando pasajeros, llevándoselos muchas veces a cárceles en Israel que tienen prisiones secretas o cámaras de tortura, reteniéndoles como rehenes en algunos casos durante muchos años. Israel tiene asumido que puede perpetrar esos crímenes con impunidad porque EEUU los tolera y Europa hace, por lo general, lo que dice EEUU.
Lo mismo ocurre con el pretexto utilizado por Israel para su último delito: que la Flotilla de la Libertad llevaba materiales que podrían ser utilizados para carcasas de cohetes. Dejando a un lado la absurdidad de esa aseveración, si Israel estuviera interesado en parar los cohetes de Hamás, sabe muy bien cómo hacerlo: aceptando las ofertas de Hamás de un alto el fuego. En junio de 2008, Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de alto el fuego. El gobierno israelí sabe perfectamente que hasta que Israel no rompió el acuerdo el 4 de noviembre, invadiendo Gaza y matando a media docena de activistas de Hamás, éste no disparó ni un solo cohete.
Hamás se ofreció a renovar el alto el fuego. El gabinete israelí consideró la oferta y la rechazó, prefiriendo lanzar, el 27 de diciembre, la destructiva y mortífera Operación Plomo Fundido. Evidentemente, no puede justificarse de ningún modo que el uso de la fuerza sea “autodefensa” a menos que se hayan agotado antes todos los medios pacíficos. En este caso, ni siquiera lo intentaron, aunque –o quizás porque- existían bastantes razones para pensar que habrían tenido éxito. Por tanto, la Operación Plomo Fundido no ha sido más que una pura agresión criminal, sin ningún pretexto creíble, y lo mismo ocurre con el actual recurso a la fuerza por parte de Israel.
El asedio de Gaza no tiene ni el más mínimo pretexto creíble. Fue impuesto por EEUU y por Israel en enero de 2006 para castigar a los palestinos por votar “de forma equivocada” en unas elecciones libres, y se intensificó gravemente en julio de 2007 cuando Hamás bloqueó un intento israelí-estadounidense de derrocar al gobierno elegido a través de un golpe militar que pretendía instalar allí al hombre fuerte de Fatah, Muhammad Dahlan. El asedio es salvaje y cruel, está diseñado para mantener animales enjaulados escasamente con vida a fin de esquivar las protestas internacionales, pero apenas algo más que eso. Es la última etapa de los planes a largo plazo de Israel, apoyados por EEUU, para separar Gaza de Cisjordania.
Esas son las líneas puras y duras de unas políticas miserables e impresentables.
Recientemente le negaron la entrada a Israel. ¿Cómo ve la situación en los Territorios Ocupados y en Gaza?
Bien, permítame una pequeña corrección, se me negó la entrada a los Territorios Ocupados, no a Israel. En realidad, si hubiera ido a Israel me habrían admitido y después podría haber ido a los Territorios Ocupados. La razón que dieron es que sólo iba a ir a Bir Zeit y no a una universidad israelí.
Desde mi punto de vista, Israel está llegando a ser extremadamente paranoico, desbordado de sentimientos ultranacionalistas y actuando de forma completamente irracional. Está perjudicando sus propios intereses. La negativa a que yo entrara es un ejemplo menor de ello. Si me hubieran permitido que diera la charla en Bir Zeit, ése habría sido el fin de la historia. En realidad no iba a hablar de Oriente Medio. Iba a hablar de Estados Unidos y ellos lo sabían perfectamente.
En el caso de Gaza, se trata de una situación de tortura bestial. Están manteniendo a la población apenas con vida porque no quieren que les acusen de genocidio, pero eso es lo que es, un genocidio. Se limitan a sobrevivir. No es la peor atrocidad en el mundo pero es una de las más salvajes. Egipto está cooperando con todo eso al construir un muro y negarse a permitir que entre cemento y cosas así, por eso se trata de una operación conjunta israelí-egipcia que está literalmente torturando al pueblo de Gaza de una forma que no creo que tenga precedentes y que cada vez va a peor.
En Cisjordania, no se trata sólo de Israel, sino de EEUU y de Israel. EEUU fija los límites de lo que puede hacer y coopera con ellos. Es una operación conjunta, al igual que lo fue el ataque contra Gaza. Y así Israel sigue imponiendo su dominio y apropiándose de lo que se le antoja. La tierra del interior del muro de separación, que es en realidad un muro de anexión, se la apropiarán. Tomarán el Valle del Jordán, y tomarán lo que se llamaba Jerusalén, que es mucho más de lo que fue Jerusalén, ya que es una inmensa zona que se amplía hacia Cisjordania.
Y luego tenemos los corredores que van hacia el este, hay un corredor que va desde Jerusalén a través de Maal Adumim hacia Jericó. Si eso se desarrolla totalmente, partirá Cisjordania. Curiosamente, EEUU ha bloqueado hasta ahora sus esfuerzos para desarrollar completamente ese corredor.
Hace unos años, los industriales israelíes aconsejaron al gobierno diciéndole que en Cisjordania se debería evolucionar, según sus palabras, del “colonialismo” al “neocolonialismo”. Es decir, que deberían construir estructuras neocoloniales en Cisjordania. Ahora sabemos lo que significa eso: Cojan cualquier antigua colonia, que típicamente se compone de un sector de extrema riqueza y privilegio, que colabora con la antigua potencia colonial, y una inmensa masa de miseria y horror rodeándolo. Y eso es lo que sugieren, y eso es lo que se está haciendo. Por eso, si Vd. va Ramala –yo quería ir para verlo por mí mismo pero no lo conseguí-, es una especie de París, se encontrará con que hay una vida agradable, restaurantes elegantes y demás, pero si se interna por el país todo es muy diferente, todo está lleno de puntos de control y la vida se hace imposible. Bien, eso es neocolonialismo. Sólo puede haber un desarrollo totalmente dependiente y no van a permitir ningún desarrollo independiente, y están tratando de imponer un acuerdo permanente de ese orden.
Salam Fayyad, con quien esperaba reunirme en Ramala –hablamos por teléfono- ha descrito sus programa de una forma que me parece sensible. Lo primero de todo, pide que se boicotee la producción de los asentamientos, eso creo que es algo muy sensible y pienso que todo el mundo debería apoyarlo, mientras intentan conseguir que los palestinos tengan otras formas de empleo que trabajar en los asentamientos, para que no contribuyan al crecimiento de los mismos: participando en formas de resistencia no violenta ante la expansión y haciendo cualquier construcción que puedan controlar dentro del marco israelí, quizá incluso en el Área C, la zona controlada por Israel, y seguir dando pequeños pasos intentando establecer la base de una futura entidad independiente palestina.
Esta es una cuestión muy delicada porque Israel podría muy bien aceptar ese plan. En realidad, creo que el viceprimer ministro israelí Silvan Shalom, celebró una entrevista en la que le preguntaron cómo reaccionaría ante eso, y dijo: “si quieren llamar cantones al estado que les dejamos, está bien, pero será un estado sin fronteras…” y eso servirá para implantar esencialmente una estructura neocolonial.
Hay otro elemento relacionado, que es la fuerza militar. Hay un ejército dirigido por un general estadounidense, Keith Dayton, al que se entrena en Jordania con cooperación israelí, y que ha causado mucho entusiasmo en EEUU. John Kerry, el presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, ofreció un discurso importante sobre Israel-Palestina –él es una especie de hombre clave de Obama para Oriente Medio- diciendo que es la primera vez que Israel tiene un socio legítimo para negociar. ¿Por qué? Porque durante el ataque a Gaza, el ejército de Dayton consiguió impedir las protestas, y Kerry pensó que eso era estupendo, y la prensa también pensó que era estupendo y resulta que ahora son ya un socio legítimo. Si Vd. lee al propio Dayton, dice que fueron tan eficaces durante el ataque a Gaza que Israel pudo trasladar fuerzas desde Cisjordania a Gaza para ampliar el ataque, y Kerry y Obama creen que eso es estupendo, por tanto, ahí tienen algo más del tradicional modelo neocolonial, con fuerzas paramilitares dominadas por la potencia colonial que mantienen a la población bajo control.
Esos son pasos muy ambivalentes… A menos que EEUU cambie de postura y se una al mundo en un acuerdo político… pienso que el panorama es realmente sombrío y no creo que la posición egipcia ayude en absoluto.
¿Se producirá el cambio como consecuencia del papel jugado por la opinión pública mundial, quizá del mismo modo que sucedió en Sudáfrica?
Sudáfrica es un caso interesante, y merece la pena mirar detenidamente la historia. Alrededor de 1960, Sudáfrica estaba empezando a darse cuenta que se estaba convirtiendo en un estado-paria, y el ministro de exteriores sudafricano llamó al embajador estadounidense –tenemos ahora las grabaciones de su conversación- y le dijo: “Somos conscientes de que nos estamos convirtiendo en un estado-paria, y todo el mundo vota contra nosotros en las Naciones Unidas, pero Vd. y yo comprendemos que sólo hay un voto que cuenta en las Naciones Unidas: el suyo, lo que significa que mientras Vds. nos apoyen, no nos importa lo que el resto del mundo diga”. Y eso resultó ser algo muy preciso.
En los decenios siguientes, aumentaron las protestas contra Sudáfrica y a finales de la década de 1970 hubo sanciones, y las empresas ya iban en franca retirada. El Congreso estadounidense estaba aprobando resoluciones que incluían sanciones, que Reagan había intentado evitar para seguir apoyando a Sudáfrica, como hizo hasta llegar a finales de la década de 1980, momento en el que se perpetraban las peores atrocidades, como las guerras en Angola y Mozambique, que mataron a cientos de miles de personas, y todo eso se hizo dentro del marco de la guerra contra el terrorismo.
Washington condenó al Congreso Nacional Africano en 1988 como uno de los más infames grupos terroristas del mundo, y hasta 2008 no quitó a Mandela de su lista de terroristas. Sudáfrica parecía inexpugnable: el mundo estaba contra ellos pero iban ganándolo todo y se sentían bien. Entonces fue, en 1990, cuando EEUU cambió su política. Se permitió que Mandela saliera de la prisión y el apartheid se vino abajo en unos pocos años, por eso el ministro sudafricano tenía razón en su apreciación.
Creo que Israel está recorriendo el mismo sendero. No importa que el mundo esté en contra nuestra, mientras EEUU nos apoye. Pero están pisando terreno peligroso: EEUU puede decidir que sus intereses están en otra parte. Volviendo a su pregunta sobre el papel de la opinión pública mundial, la opinión en Europa y Oriente Medio influye sustancialmente en las cosas. EEUU no puede vivir solo en el mundo. Hay personalidades políticas que piensan que deberíamos meternos en una jaula y no preocuparnos de lo que sucede en el mundo… eso sería como construir un muro alrededor del país, salirnos de las Naciones Unidas y no tener en cuenta nada de lo que se diga. Hay una cierta tendencia a eso en la política estadounidense, pero los dirigentes y las corporaciones multinacionales no pueden aceptar eso, se preocupan por lo que piensa el resto del mundo aunque sea en función de sus intereses.
Europa no está ayudando gran cosa. El hecho de haber admitido a Israel en la OCDE supone afirmar la legitimidad de la ocupación. Europa está financiando la supervivencia de los Territorios Ocupados, pero no está haciendo nada para tratar de conseguir que EEUU acepte la opinión internacional, y podría hacerlo. Justo ahora, por ejemplo, hay negociaciones indirectas entre palestinos e israelíes con EEUU de intermediario honesto. Europa puede denunciar que eso es una farsa: lo que debería haber es conversaciones indirectas entre EEUU y el resto del mundo, con quizá las Naciones Unidas como intermediario neutral, mientras que EEUU se está quedando solo bloqueando un abrumador consenso internacional, y hasta que eso cambie, no va a suceder nada, y es en eso en lo que se apoya Israel.
En su discurso en El Cairo de junio de 2009, el Presidente Obama dijo que iba a conformar la política estadounidense a partir de bases nuevas respecto a Oriente Medio y al mundo musulmán. ¿Tiene Vd. alguna prueba de que esté ocurriendo así?
Hay ligeras diferencias. Las primeras diferencias se produjeron entre los dos mandatos de Bush. El primer mandato de Bush fue extremadamente arrogante, abrasivo y agresivo. EEUU se dirigía a las Naciones Unidas y decía abiertamente: “O hacéis lo que os decimos o pasamos de vosotros”. Y eso causó mucho antagonismo, incluso entre aliados. A la gente no le gusta que le insulten en la cara. Produjo muchas críticas y el prestigio de EEUU en el mundo llegó a su punto más bajo en las encuestas internacionales y hubo muchas protestas también en casa, incluso en el establishment, porque eso perjudicaba los intereses estadounidenses.
El segundo mandato de Bush fue algo más complaciente, en cierto modo tuvo en cuenta algo más las normas y consiguió una especie de apoyo del centro. Obama va un poco por ahí, por eso es como una ampliación del segundo mandato de Bush. La retórica es más moderada y la posición más amistosa pero las políticas apenas han cambiado nada. Consideremos el discurso de El Cairo. Lo fundamental fue que su discurso tenía muy poco contenido: se limitó a decir algo así como “amémonos los unos a los otros”. Pero camino de El Cairo dio una conferencia de prensa y un periodista le preguntó: “¿Va a decir algo sobre el régimen autoritario de Mubarak”? Y contestó, sus palabras exactas fueron: “No me gusta utilizar etiquetas con la gente. Está haciendo cosas buenas. Por tanto, es un amigo”. No tengo que contarles cómo es la situación de los derechos humanos en Egipto…, la gente de Oriente Medio, si hubiera estado levantada en ese momento, habría comprendido que nada iba a cambiar.
Y lo mismo ocurre con las políticas en relación con Israel. Sus políticas son incluso más duras que las de los dos Bush, el primero y el segundo. Precisamente ahora, por ejemplo, hay una controversia en relación a la expansión de los asentamientos. Es muy similar a la controversia que surgió hace veinte años cuando el primer George Bush y cuando James Baker, el secretario de estado, estaban en el poder. Pueden recordar que hubo un tiempo en que cada vez que Baker se marchaba a Jerusalén, el primer ministro, Yitzhak Shamir, aprovechaba la ocasión para anunciar un nuevo asentamiento, era como insultar a Baker –a él, que era un patricio, no le gustaba nada que Israel le insultara- pero Bush apenas penalizó a Israel. Impuso ligeras sanciones en forma de restricciones en las garantías de los créditos que se suponía cubrían los gastos de los asentamientos, pero bastó e Israel cambió velozmente de política.
Bien, eso es precisamente lo que está sucediendo ahora, con una diferencia. Obama ha dicho que no va a imponer sanción alguna y que sus protestas son puramente simbólicas, fue su portavoz de prensa quien lo dijo en respuesta a una pregunta. Además, todo el parloteo sobre la expansión de los asentamientos es realmente una nota a pie de página: el problema son los asentamientos, no la expansión de los asentamientos. La posición de Obama ha sido reiterar lo que George W. Bush dijo y lo que está en la Hoja de Ruta, las palabras de la Hoja de Ruta, que dicen, en primer lugar, que no tiene que haber ninguna expansión más, ni siquiera como crecimiento natural. Eso lo reiteró Obama, pero de tal forma lo hizo que dejó claro que no iba a hacer nada sobre el particular, y lo mismo sucede con el resto de las cuestiones.
Cuando anunció el nombramiento de George Mitchell dio una charla sobre Oriente Medio. Básicamente dijo: “Hay una buena esperanza para la paz, hay un plan constructivo sobre la mesa”, y después se dirigió a los países árabes y les dijo que debían hacer honor a lo que decían y avanzar hacia la normalización de relaciones con Israel. Él sabe perfectamente bien que esa no era la propuesta. La propuesta consistía en establecer un acuerdo de dos estados y en ese contexto avanzar hacia la normalización, por lo que muy estudiadamente ignoró el contenido de la propuesta y se centró en el corolario, que es como una forma de decir que no iban a cambiar de posición y que no se iban a unir al resto del mundo en apoyo del acuerdo de los dos estados, y así lleva siendo desde siempre.
En el momento de las elecciones, la gente se sentía esperanzada de ver a un nuevo presidente en EEUU, especialmente tras los ocho años de Bush. En su nuevo libro describe a Obama como una página en blanco, en la que la gente puede escribir lo que le guste. ¿Cómo valora a Obama?
Escribí eso antes de las elecciones, antes incluso de las primarias, y no cambiaría nada de lo que dije. Si Vd. examinaba su programa, se encontraba con el típico demócrata centrista de retórica agradable, buen vendedor… Como Vd. sabrá, consiguió un premio de la industria propagandística a la mejor campaña de marketing de 2008, así es… Es culto, inteligente, sabe redactar bien, es afable y actúa como si le gustara la gente. Pero, ¿qué era todo ese llamamiento para el cambio? Estaba vacío. En realidad no era sino una página en blanco: puede escribirse en ella lo se quiera. Nunca dijo en qué iba a consistir el cambio, o de qué iba la esperanza. Era sólo y únicamente: “va a haber un cambio”.
McCain tenía los mismos eslóganes, la razón es obvia. En EEUU, es la industria propagandística quien dirige las elecciones, y los gestores del partido leían las encuestas y sabían que éstas mostraban que el 80% de la población pensaba que el país iba por el camino equivocado. Por eso, la plataforma de tu campaña tiene que reflejar “esperanza y cambio”, y eso hizo Obama. Y lo hizo de manera encantadora y animó a mucha gente a que se revitalizara y emocionara, pero la realidad es que la principal razón de que ganara se debió al apoyo de las instituciones financieras. Le preferían a McCain y le proporcionaron la financiación necesaria y eso hizo que ganara las elecciones. Contaba con el apoyo popular, pero fue gracias a las instituciones financieras, que esperaban que les devolviera el favor –así es como funciona la política-, y no se están viendo defraudadas.
Ha habido inmensos rescates de los bancos y la gran banca es más rica y poderosa que antes y, finalmente, cuando Obama empezó a reaccionar ante la furia popular y empezó a hablar de los “avariciosos banqueros” y demás, le dijeron rápidamente: “Te has pasado, y mucho, de la raya”, y se pusieron a financiar a los republicanos, que favorecen aún más a las grandes empresas que Obama. Esa es la naturaleza de la política estadounidense.
Durante la presidencia de Bush, vimos cómo EEUU utilizaba la tortura en Iraq, las entregas extraordinarias y la fuerza en las relaciones internacionales, dando de lado a la ONU a pesar de las protestas internacionales. ¿Se esforzará EEUU en restaurar su imagen ante la opinión pública mundial, dado lo decepcionante que está siendo la experiencia con Obama?
Más que eso aún, no se ha hecho casi nada y en realidad, en algunos aspectos, es peor que Bush. Lo expongo con todo detalle en mi libro. Hubo un caso en el Tribunal Supremo, en el que éste determinó que los prisioneros en Guantánamo tenían derecho al habeas corpus, y la administración Bush lo aceptó pero declaró que no iba a aplicarlo a Bagram. Eso fue a los tribunales y un juez de primera instancia, que estaba nombrado por Bush, un juez de derechas de un tribunal de primera instancia, anuló eso y declaró que sí, que tenía que aplicarse también a Bagram. El departamento de justicia de Obama está intentando revertir eso para que no se pueda aplicar a Bagram. A este respecto, está yendo más lejos aún que Bush.
Si yo fuera abogado de la administración Bush, indicaría que las acusaciones contra Bush por las torturas no pueden realmente mantenerse mucho bajo la ley estadounidense. Casi todo lo que Bush hizo y autorizó estaba dentro del marco de la ley estadounidense. Los Estados Unidos no han firmado el Convenio contra la Tortura, o lo firmaron con reservas. Fue reescrito muy cuidadosamente para excluir las modalidades de tortura que la CIA había desarrollado e introducido en sus manuales de tortura. La denominada “tortura que no deja huellas”, la tortura psicológica, la tortura mental. La CIA se inspiró en los manuales de la KGB y resultó que habían encontrado que las formas más eficaces para convertir a una persona en vegetal son las de la tortura psicológica, como el confinamiento en solitario, las humillaciones y otras cosas por el estilo. Si nos fijamos en los casos de Abu Ghraib y Guantánamo, aplicaban ese tipo de torturas, en su mayoría “psicológicas”, no de electrodos en los genitales. Por eso, podría sostenerse que estaban actuando desde la derecha dentro del marco de la ley estadounidense.
En realidad, probablemente la única diferencia entre la administración de Bush y las anteriores fue que, en el caso de Bush, la tortura la llevaron a cabo los estadounidenses. Habitualmente, EEUU se la encarga a otros: la perpetran survietnamitas, guatemaltecos o egipcios. Eso es lo que significan las “entregas extraordinarias”. Envías a la gente a otro país para que se encargue de torturarles. Pero en este caso se estaba haciendo justo en Guantánamo.
En la actualidad, la única revelación realmente interesante de los memorandos sobre la tortura, de los que se no se ha dado mucha información, es que los interrogadores testificaron que estaban bajo serias presiones de Cheney y Rumsfeld para que consiguieran información que vinculara a Saddam Hussein con Al-Qaida, lo cual resultaba una afirmación ridícula. Pero ése fue al parecer el elemento que impulsó la mayor parte de las torturas.
Su último libro se titula “Esperazas y Perspectivas”. ¿Cuáles son las esperanzas?
La primera parte del libro trata de Suramérica, y allí tenemos muchos y muy esperanzadores acontecimientos. Por primera vez en quinientos años, desde la época de los conquistadores, Suramérica está empezando a conseguir un cierto grado de independencia e integración y a poder enfrentar al menos algunos de sus más graves problemas internos. La estructura colonial es extrema en Suramérica, donde hay una concentración muy intensa de la riqueza en unas elites europeizadas, de mayoría blanca, rodeadas de una horrible situación trágica y con la peor desigualdad del mundo en una región que tiene muchísimos recursos y potencial. Y se están dando algunos pasos para corregir eso.
En los mismos EEUU también se están produciendo cambios. No sé si son lo suficientemente veloces como para que puedan superarse los principales problemas, pero tomemos sólo la cuestión de Israel y Palestina. No hace muchos años, si yo quería dar una charla sobre ese tema tenía que llevar protección policial en la universidad porque los encuentros podían acabar violentamente. Puedo recordar una ocasión en que la policía insistió en acompañarnos a mí y a mi mujer hasta nuestro coche tras una charla en una universidad. Ese aspecto no ha cambiado del todo, pero ha ido evolucionando con los años y ha cambiado de forma radical después de Gaza. Ahora me encuentro con audiencias entusiastas, muy implicadas, muy comprometidas, que quieren cambiar las cosas.
No ha afectado a los medios, y no ha afectado a la clase política ni a los intelectuales, pero algo está cambiando por todo el país y tarde o temprano esas cosas tienen efectos. En algún sentido se debió al fenómeno Obama, porque sembró muchas expectativas y entretuvo mucho a los activistas. Pero la desilusión ahora está ahí presente. Si esos cambios siguen desarrollándose, con el tiempo pueden finalmente traer cambios importantes, como ocurrió en el caso de Sudáfrica.
Gran parte de su trabajo se ha centrado en el control de los medios y en las deficiencias de la clase intelectual en Estados Unidos, donde resulta difícil mantenerse al margen de un estrecho espectro de opinión. ¿Cómo ve su propia posición en estos momentos?
En primer lugar, yo no diría que EEUU sea muy diferente de otras sociedades a ese respecto. Puede haber cuestiones diferentes, pero no hay muchas diferencias en relación con Inglaterra o Francia. En cada sociedad hay una franja de disidentes. Eso ha sido así a través de la historia. ¿Cómo lo hacen? Porque se sienten comprometidos con ciertos valores e ideales y deciden no conformarse. Normalmente, no se les trata muy bien y cómo se les trate depende de la naturaleza de la sociedad, que nunca actúa de forma muy cortés. En algunas sociedades puedes conseguir que te vuelen la cabeza, en otras que te lleven al Gulag, en otras que te difamen. A los sistemas de poder no les gustan los críticos y utilizan cualquier técnica posible para hundirte y condenarte.
Pero lo que siempre ha sido muy típico, a lo largo de la historia, es que las clases intelectuales se hayan subordinado al poder, con muy pocas excepciones. Pero aún hay personas que no se someten y siguen un camino independiente. A este respecto, EEUU no es realmente muy duro, por eso una persona con una cierta cantidad de privilegios, como les pasa a muchos, y ciertamente a mí, somos bastante inmunes ante una represión dura. Me tuve que enfrentar a la posibilidad de una larga sentencia de prisión, y casi me sentencian, pero fue a causa de una abierta y clara resistencia. No podía objetar nada porque estuve haciendo cosas que eran abierta y conscientemente ilegales en la resistencia contra la guerra, por eso si tenía que ir a prisión no podía llamarlo represión. Por hablar y escribir y cosas así, el castigo es la marginación y la difamación, pero puedo vivir con eso. Cuento con mucho apoyo entre la gente.
El periodista Chris Hedges está investigando en el New York Times, y hace unas pocas semanas se encontró con un memorando del editor jefe de ese periódico a los escritores y columnistas en el que les decía que no se podía mencionar mi nombre. La Radio Nacional Pública ha manifestado que soy la única persona a la que nunca le van a permitir aparecer en las noticias en horario estelar ni en los programas de debate. Pero ese no es un castigo muy grande, y cuando llegue a casa tendré cientos de mensajes llegados por correo, y entre ellos habrá un par de docenas de invitaciones para dar charlas por todo el país y en casi todas ellas habrá una audiencia importante de personas interesadas y comprometidas que son receptivas y que quieren hacer algo, y eso es más que suficiente para animarme a seguir adelante.
Tengo acceso a los medios extranjeros en determinadas circunstancias, por ejemplo, si me muestro crítico hacia EEUU, tengo acceso a los medios. Pero si voy a criticar a los países a los que me invitan, se acabó, sistemáticamente. Lo he notado incluso en Canadá. Si voy a Canadá, les gusta escuchar cómo critico a EEUU, pero si empiezo a criticar a Canadá, la puerta se cierra e igual ocurre por todas partes.
Por último, ¿por qué ha criticado la fórmula de “decirle la verdad al poder”, que el difunto Edward Said utilizó para describir el papel de los intelectuales?
Ése es actualmente un eslogan de los cuáqueros, me gustan los cuáqueros y quiero hacer muchas cosas con ellos, pero no estoy de acuerdo con el eslogan. En primer lugar, no tienes que decirle la verdad al poder, porque sabe bien cuál es. Y en segundo lugar, tú no le dices la verdad a nadie, eso es demasiado arrogante. Lo que puedes hacer es unirte a la gente y tratar de encontrar la verdad, por eso tienes que escuchar y decirles lo que piensas y así sucesivamente, e intentar animar a la gente para que piense por sí misma.
A uno le preocupan las víctimas, no los poderosos, por eso el lema debería ser comprometerte con los débiles y ayudarles y ayudarte a ti mismo a encontrar la verdad. No es un lema fácil para poder formularlo en cinco palabras, pero creo que es el correcto.
Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2010/1001/intrvw.htm
“Señales de discriminación”
LA PRESIDENTA MOSTRO PREOCUPACION POR LA SITUACION DE LOS INMIGRANTES
En su discurso en el foro anual de la Alianza de las Civilizaciones, Cristina Kirchner puso de relieve la situación de los inmigrantes en los países desarrollados y reiteró la necesidad de un Estado Palestino reconocido.
En su discurso ante el tercer foro anual de la Alianza de las Civilizaciones, la Presidenta decidió hacer una advertencia sobre las “señales preocupantes en cuanto a la discriminación de inmigrantes” que están recorriendo una Europa signada por la crisis económica. “No puedo dejar de señalar consideraciones políticas, observaciones de cosas que están sucediendo en el mundo, fundamentalmente en los países desarrollados. Señales preocupantes en cuanto a la discriminación de inmigrantes”, dijo en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil, sede de la cumbre. Durante su discurso, CFK habló de la Argentina como un ejemplo de “convivencia” entre las distintas comunidades, a la que consideró un producto no sólo de la “tolerancia” sino, sobre todo, “de la integración y la asimilación sin perder las identidades”. Luego aseguró que “la construcción de la paz” en Medio Oriente estaba vinculada con “anhelos aún irresueltos”. Se refería al “reconocimiento internacional del Estado Palestino y el derecho de Israel a vivir en fronteras internacionales reconocidas”.
La Presidenta dedicó la mayor parte de su exposición, que pronunció ayer al mediodía, a profundizar en lo que es la línea central de la Alianza de Civilizaciones. Se trata de una iniciativa estratégica de las Naciones Unidas que busca promover un “encuentro en el mundo occidental y el mundo árabe musulmán”. Con ese telón de fondo, se entiende que CFK haya cuestionado la reciente legislación francesa que impone la prohibición de la burka, el velo integral que usan algunas mujeres de religión musulmana. “Rechazo aquellas legislaciones que impiden que una mujer, un miembro de una determinada comunidad religiosa, pueda usar sus vestimentas de acuerdo con sus identidades y su religión. Habrá que preguntarse por qué razón alguien quiere tener esta demostración de pertenencia. ¿No será, tal vez, porque no se siente integrado y aceptado en un todo por esa comunidad?”, se preguntó en voz alta.
Aparte de exhortar a la “integración y la asimilación” de los inmigrantes, CFK puso como ejemplo la experiencia argentina en la conformación de una identidad nacional a través de la educación pública a fines del siglo XIX. “Millones de argentinos son descendientes de árabes y tenemos la quinta comunidad judía a nivel internacional”, contó a los presentes. Luego dio otro ejemplo para probar su teoría de lo integrado que está el país. “A punto tal que descendientes de árabes han alcanzado la primera magistratura y también ciudadanos de origen judío se desempeñaron y desempeñan al frente de los estados federales argentinos, los más altos cargos, como puede ser el de gobernador. Quien les habla es nieta de inmigrantes europeos”, argumentó CFK.
Siguiendo con esa línea argumental que consideraba la Argentina como un modelo a imitar, CFK dijo que pertenecía a una “sociedad con una diversidad y una pluralidad pocas veces vista”. “Pertenezco a un país que ha cumplido hace pocos días 200 años, un país que se ha conformado esencialmente por corrientes migratorias. Las primeras, de origen europeo, pero también de otros lugares del Asia, también de Latinoamérica, del Medio Oriente”, señaló. Luego volvió a referirse a las “diferencias étnicas o religiosas que constituyen vallas para el desarrollo”, lo que la llevó a involucrarse otra vez con el conflicto palestino-israelí.
La mención al largo conflicto que atraviesa lo que en otros tiempos fue Palestina la obligó a referirse al fenómeno del terrorismo. CFK lo consideró un fenómeno de carácter político, luego llamó a trabajar para “quitarles argumentos” a quienes intentan convertir al terrorismo en la expresión de una religión determinada. “Tenemos que construir un mundo diferente donde las diferencias étnicas o religiosas no constituyan vallas para el desarrollo y la integración de las sociedades. La constitución de un Estado palestino, su reconocimiento a nivel internacional, el derecho de Israel a vivir en fronteras internacionalmente reconocidas y en paz, serían uno de los elementos que contribuirían a esta Alianza de las Civilizaciones y a un mundo de paz”, exhortó.
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El Mosad llega a EE.UU.: escuadrones de la muerte invitados – James Petras
Frente a la condena de los gobiernos del mundo (a excepción de los de la Casa Blanca y del Congreso estadounidenses ocupados por sionistas) la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías (PMAJO en sus siglas en inglés) ha defendido todas las acciones criminales del Mosad que condujeron al asesinato del dirigente de Hamas, Mahmud al-Mabhuh, en Dubai.
Por: James Petras
El principal órgano de propaganda de [la Conferencia de] Presidentes de las Principales Organizaciones Judías (PMAJO en sus siglas en inglés), Daily Alert, ha salido en apoyo total a la práctica israelí de asesinatos extra-judiciales y extra-territoriales.
Frente a la condena de los gobiernos del mundo (a excepción de los de la Casa Blanca y del Congreso estadounidenses ocupados por sionistas), la PMAJO apoya servilmente cualquier brutal asesinato cometido por los servicios secretos israelíes en cualquier parte del mundo y en cualquier momento.
El reciente asesinato del dirigente de Hamas, Mahmud al-Mabhuh, en Dubai, es un ejemplo de ello. La PMAJO ha defendido todas las acciones criminales del Mosad que condujeron al asesinato, incluida la apropiación de identidades y el robo o falsificación de pasaportes y documentos oficiales de varios países europeos supuestamente aliados con el Estado sionista. De los agentes del Mosad que entraron en Dubai para matar a al-Mabhuh, doce utilizaron pasaportes británicos robados o falsificados, tres australianos, tres franceses, un alemán y seis irlandeses. Estos agentes asumieron la identidad de ciudadanos europeos con el fin de cometer un asesinato en una nación soberana.
Una vez más, la PMAJO demuestra que su primera lealtad está con los servicios secretos israelíes, incluso cuando violan la soberanía de los principales aliados de EE.UU. Sin duda, la PMAJO apoyaría al Mosad israelí incluso si se demostrara que ha utilizado documentos estadounidenses para asesinar a al-Mabhuh. De hecho, se sabe que dos de los 26 asesinos israelíes que llevaban pasaportes falsos de Irlanda y de Gran Bretaña han entrado en EE.UU. después del asesinato y es posible que estén aquí todavía.
La posición adoptada por Daily Alert y la PMAJO en defensa de un acto terrorista internacional de Israel ha seguido varias líneas de ataque que se analizan a continuación. Estas incluyen: (1) culpar a la víctima, (2) alegar que los asesinatos extrajudiciales y extraterritoriales son legales, (3) minimizar el asesinato de ‘un’ individuo, (4) desviar la atención de los sionistas culpando a »otros árabes», (5), comparar favorablemente los asesinatos del Mosad con los asesinatos de EE.UU. en Afganistán, (6), trivializar y relativizar la condena internacional (7), citar la »defensa propia», (8) alabar los »detalles operativos» de alta tecnología del asesinato, y (9 ) desacreditar a los investigadores de la policía de Dubai en lugar de a los autores israelíes.
Artículos abreviados, citados en Daily Alert, han aparecido en las páginas editoriales de varios periódicos de EE.UU., Gran Bretaña, Canadá e Israel, así como en las revistas de derechas Forbes y Commentary. La principal técnica de propaganda sionista es evitar cualquier discusión de los atroces crímenes de Israel contra la soberanía, el proceso debido, el derecho internacional y la seguridad personal de los individuos. Al hacerlo, Daily Alert adopta las técnicas de propaganda común de todos los regímenes totalitarios que practican terrorismo de Estado.
1.Culpar a la víctima:
El 22 de febrero, Daily Alert publicaba dos artículos titulados: »El funcionario de Hamas asesinado, traicionado por sus socios, dice el Jefe de policía de Dubai», y »Hamas: asesinado un agente que se expuso arriesgadamente». Daily Alert olvidó mencionar que los servicios secretos israelíes habían estado siguiendo a su presa durante más de un mes (tras haber fallado en los seis intentos previos para matarle) y que el Jefe de Policía de Dubai no culpó a los funcionarios de Hamas sino que estaba en el proceso de recoger pruebas, declaraciones de testigos, videos y documentos que probasen la identidad israelí de los asesinos.
Huelga decir que si aceptáramos el argumento de los sionistas estadounidenses acerca de que cualquier oponente principal de Israel que viaja sin un ejército de guardaespaldas se »pone en situación de riesgo», entonces debemos reconocer que el nuestro es un mundo sin ley donde los escuadrones israelíes son libres de cometer un asesinato en cualquier lugar y a cualquier hora.
2. El asesinato extrajudicial y extraterritorial es »legal» (al menos si los asesinos son del Mosad)
El 22 y 24 de febrero, Daily Alert incluyó dos artículos que argumentaban que la práctica israelí de los asesinatos extrajudiciales y extra-territoriales es legal. Un artículo se titula »La legalidad del asesinato de Mahmud al-Mabhud, de Hamas» y el otro, »El asesinato proporcionado de Mahmud al-Mabhud». Ambos evitan cualquier referencia al derecho internacional que rechaza enérgicamente la cooperación transfronteriza en asesinatos patrocinados por Estados. La legalidad, para la PMAJO, es lo que los servicios secretos de Israel consideren conveniente para consumar su objetivo de eliminar a los dirigentes que se oponen a su ocupación colonial y a la expropiación de tierras palestinas. Si el asesinato extra-territorial y extra-judicial israelí de un adversario en Dubai es legal, ¿por qué no asesinar a sus rivales en EE.UU., Canadá, Inglaterra o cualquier otro país donde puedan viajar, vivir, trabajar o escribir?, ¿qué pasaría si los críticos y opositores a Israel decidieran que es »legal» asesinar a los partidarios de Israel dondequiera que vivan atendiendo a la definición de legalidad que da Daily Alert? Nos hallaríamos en un mundo sin ley de asesinatos »legales» y de vigilancia transfronteriza totalitaria.
3. Minimizar el asesinato
Las ediciones de Daily Alert del 22, 24 y 25 de febrero desvían la atención del asesinato del Mosad, comparándolo con los cientos de civiles afganos muertos por ataques de EE.UU. Pretende que »los blancos individuales» son menos crímenes que los asesinatos en masa. El problema con este argumento es que durante décadas el Mosad ha tenido como »blanco» decenas de opositores en el extranjero y ha matado a miles de palestinos en los territorios ocupados (en donde trabajan con los servicios secretos de interior, el Shin Bet, y con el ejército, las Fuerzas de Defensa de Israel). Además, este argumento que vincula los asesinatos extra judiciales de Israel con el asesinato colonial de EE.UU. de afganos difícilmente puede ser una defensa para ambos. Al involucrar a EE.UU. en su defensa del terrorismo de Estado, Israel está elevando a norma de comportamiento político los peores aspectos del imperialismo estadounidense. Un crimen de Estado no puede justificar otro.
4. Culpar a los árabes: desviar la atención de Israel
El artículo del 22 de febrero del Daily Alert titulado »El asesinato se escuchará en todo el mundo» insinúa que el asesinato fue »resultado de una lucha de poder de Hamas», o que se llevó a cabo por parte de uno de los »muchos grupos árabes que detestan al movimiento islamista Hamas».
En otras palabras, todos los pasaportes europeos falsificados o robados de personas con doble ciudadanía israelí y los videos de seguridad de Dubai de agentes del Mosad con diversos disfraces, por no mencionar la afirmación de júbilo de los máximos dirigentes de Israel ante la muerte, fueron en realidad »trucos árabes». Esta cruda maniobra de propaganda por parte de la organización judía estadounidense más prominente revela su propio descenso al reino del autoengaño, sólo posible en el cerrado mundo de la política sionista estadounidense.
5. Pericia técnica
El Daily Alert ha publicado varios artículos que alaban los detalles técnicos del asesinato del Mosad en Dubai, un aspecto de la operación con el que pocos expertos en seguridad de Israel estarían de acuerdo. El artículo 24 de febrero del, titulado »El asesinato muestra una hábil planificación» reprende a los críticos de Israel por no reconocer la alta calidad de los »aspectos prácticos» de los asesinatos y recomienda sus »lecciones a todos los servicios de inteligencia del mundo». Al igual que sociópatas y asesinos en serie, los sionistas de EE.UU. promueven abiertamente las técnicas de los escuadrones de la muerte a todos sus colegas en Estados terroristas. Para el Daily Alert, las técnicas profesionales de asesinar son mucho más importantes que la repugnancia moral universal de los asesinatos políticos.
6. Desacreditar a los investigadores y defender a los perpetradores
El 25 de febrero, el Daily Alert citó un largo y tendencioso ataque contra la policía de Dubai publicado en la revista Forbes, que ridiculizaba sus meticulosas investigaciones para descubrir el papel del Mosad en el asesinato. En este artículo, se condenaba a las autoridades de Dubai por haber revelado la participación de israelíes mientras que no se investigó el origen de la víctima del asesinato… ¡pasaporte iraquí! En lugar de alentar la búsqueda de la justicia por parte de la policía de Dubai, Daily Alert publicó una larga diatriba que implica a Dubai en los ataques del 11 de septiembre, su comercio continúo con Irán, y su »implicación» en el terrorismo internacional, etc. No se mencionaba la posición relativamente amistosa de Dubai hacia Israel y los israelíes antes de que el Mosad violase flagrantemente su soberanía.
Conclusión
La campaña de propaganda sionista estadounidense en defensa del terrorismo de Estado israelí y, en concreto, del asesinato del Mosad de un dirigente de Hamas en Dubai, se basa en mentiras, evasivas y engañosos argumentos jurídicos. Esta »defensa» viola todos los preceptos de una sociedad civilizada, así como las más recientes leyes federales estadounidenses que prohíben toda forma de apoyo al terrorismo internacional. La PMAJO puede continuar defendiendo impunemente en EE.UU. los actos de terrorismo internacional del Mosad debido a su poder sobre el Congreso estadounidense, la Casa Blanca de Obama y los medios de comunicación estadounidenses. Ello asegura que sólo su versión de los hechos, su definición de legalidad y sus mentiras serán escuchados por los legisladores, haciéndose eco de los activistas sionistas y embellecida por sus solemnes defensores en los círculos académicos y periodísticos. Para contrarrestar la defensa que hace el sionismo estadounidense de la práctica israelí de ejecuciones extra-territoriales y extrajudiciales por parte del Mosad, necesitamos escritores y académicos que den un paso adelante. Es hora de exponer sus endebles argumentos, sus descaradas mentiras y su atrevida inmoralidad. Es el momento de hablar en contra de la impunidad antes de que se cometa otro asesinato de los servicios secretos israelíes, posiblemente dentro de EE.UU. y con la complicidad descarada de los cómplices sionistas.
Las autoridades de Dubai han encontrado pruebas claras de que el equipo de asesinos del Mosad recibió apoyo de sionistas europeos. Los hoteles, los billetes de avión y los gastos fueron pagados con tarjetas de crédito emitidas en EE.UU. Es posible que dos de los asesinos estén ahora en EE.UU. ¿Llegará un momento en que los sionistas estadounidenses -incondicionales defensores públicos de los asesinatos del Mosad- crucen la línea que hay entre la propaganda a favor de la acción para convertirse en cómplices de la acción? La sólida defensa que hace el sionismo estadounidense de los asesinatos en el extranjero por parte del Mosad, no es un buen augurio para la seguridad de los estadounidenses frente a los serviciales cómplices de Israel en EE.UU.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=101617
http://windowintopalestine.blogspot.com/2010/02/mossads-murderous-reach-larger.html
TELESUR
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